¿Un ejército sin razón de serlo?
Por Jorge Carlos Brinsek (*)
Al hablar en la noche del lunes último en la Cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas, su Comandante en Jefe, es decir la Presidenta Cristina Kirchner, no sólo desalentó cualquier posibilidad de modernización del obsoleto y casi inactivo aparato de defensa nacional –a contramano de lo que ocurre en el resto de los vecinos de la región- sino que, sostuvo, ya no existen las hipótesis de conflicto, razón de ser de cualquier organización militar.
Es probable que, por desconocimiento o alguna determinada razón, la mandataria haya “confundido” lo que quiere decir “hipótesis de conflicto” con “posibilidad de conflicto”. En este último caso, por cierto y por fortuna, la Argentina no está en condiciones de pelear con nadie. Pero por desgracia tampoco está en capacidad para defenderse a sí misma de cualquier agresión en un mundo donde las cosas más virulentas, impensadas y disparatadas, ocurren todos los días.
Hablarle a un militar de que no tiene “hipótesis de conflicto” es más o menos como decirle a un médico que “no existe la apendicitis”. Es decir no tiene porqué prepararse para estar en un quirófano aunque en su alrededor, o sus potenciales pacientes, no haya nadie que presenten un dolor agudo de abdomen que preanuncie la necesidad de una intervención quirúrgica.