Convertido en un mitín partidario, despojado de los atributos tradicionales de la evocación, la ceremonia central por el Día de la Bandera tuvo lugar en la tarde del jueves (20 jun 2013) en la ciudad de Rosario donde la presidenta Cristina Kirchner volvió a cargar duramente contra la Justicia y el himno nacional se entonó en una suerte de cumbia, con los granaderos como partenaires de un espectáculo danzante.
No hubo desfile militar ni tampoco la jura de fidelidad de los soldados a la enseña nacional. Los veteranos de Malvinas, contrariados, no participaron del acto si bien fueron mencionados por la Presidenta.
Como se preveía, la primera mandataria monopolizó su discurso en torno a exaltar los logros de su gobierno, se comparó de alguna manera con Manuel Belgrano, pero centró toda su artillería en disparar contra la Corte Suprema de Justicia y sostuvo, ironizando con las versiones sobre sus aspiraciones reeleccionistas, que lo único que quiere es ser jueza federal en el 2015 para obtener, dijo, todo el poder y las prebendas de las que, aseguró, gozan los magistrados.