“Milani y Berni, que estaban distanciados, debieron reconciliarse antes de que el primero
	asumiera la conducción de la mayor organización militar del país”,señaló Morales Solá.
	El periodista dijo que “la decisión política de la Presidenta es audaz : quiere darle forma
	a un servicio de inteligencia paralelo al de la SI (ex SIDE).”
	“Está enojada con sus viejos espías no sólo porque la tienen mal informada. Ella cree que
	esos agentes también influyen en algunos jueces, sobre todo de fueros que eran cercanos al
	Gobierno, que están acribillando a sus funcionarios con duras resoluciones”, señaló.
	 “Aceptémoslo de una buena vez: los militares cometerán la ilegalidad de husmear en
	cuestiones internas y eso tiene dos consecuencias. Es, por un lado, una grave regresión
	política, una decisión que corresponde a una nación predemocrática. Es también un juego
	riesgoso, porque los militares nunca volvieron fácilmente a los cuarteles y porque suelen
	pedirles a los civiles que les devuelvan los favores que hacen. Esos favores se pagan con
	más poder para ellos".
	“El viejo proyecto de Milani es un círculo que se está cerrando”, sentenció Morles Solá
	
	entre otros aspectos de su comentario.
	
	 
	
	
	
	 
 
					


