Este intento de amordazar a un periodista y ocultar su investigación sobre los fraudes cometidos bajo la bandera de los derechos humanos, al parecer, a pedido del kirchnerismo, es una demostración más de poder al servicio de una ideología que domina todos los resortes del Estado.
Pero es, al mismo tiempo, una confesión del extremo de debilidad en que han caído los valedores del relato setentista, una fragilidad que se les volverá en su contra. Porque, con este atropello, será más evidente para todos que ese relato creado por los propios guerrilleros ya no soporta una confrontación seria y lo único que le queda es apelar a estos métodos intolerantes y de último recurso.
Es el mismo método que impidió a nuestro centro de estudios exhibir en 2018, en la Feria Internacional del Libro, el documental "Será venganza", que demuestra cómo se operó la destrucción del Estado de Derecho en nuestro país para exculpar a los terroristas que iniciaron la guerra revolucionaria y condenar a quienes los combatieron.
No dejar ver, no dejar escuchar, no dejar hablar es lo último que les queda.
Mario Cabanillas
Presidente del Centro de Estudios Salta
Publicada en La Prensa