Que fueran soldados no lo ponemos en duda, pues actuaban con reglamentos, grados, disciplina militar y uniformes, tenían hospitales de campaña y fábricas de armas y hasta cobraban estipendios con fondos provenientes de bandas y organizaciones extranjeras o de los rescates por secuestros y robos que perpetraban. Pero que hubieren luchado en favor de la Patria es una vulgar y execrable mentira, que ofende a las víctimas de los más de 17.000 atentados terroristas que ésta y otras organizaciones produjeron para adueñarse del poder.
Es una perversidad que el okupa de un cargo obtenido mediante votos falseados, realice desde la política -el mismo Concejo Deliberante -una apología de los crímenes cometidos por estos delincuentes malvados e impunes, responsables de tanta muerte y dolor. Además incumple el mandato recibido lo que convierte su expresión en una traición a quienes lo votaron para ocupar el cargo que tiene otra misión.
Decir que fueron “exterminados por pensar distinto” es un viejo cliché, con el que se pretende ocultar vanamente que se alzaron con la vida, el patrimonio y la paz de los argentinos, con el confeso objetivo de hacerse dueños del poder sin pasar por las urnas, a las que despreciaron.
Con cinismo este ignoto concejal saluda “a los Comandantes Montoneros de ese momento que se la jugaron”. Comandantes, sí, que desde París enviaban a otros a morir, mientras ellos disfrutaban de los millones de dólares obtenidos por secuestros extorsivos como el de los hermanos Born.
Esta clase de defensa de los terroristas impunes que iniciaron una guerra contra todo el noble pueblo argentino, mientras quienes nos defendieron se encuentran ilegalmente en prisión, privados de todo derecho, no puede menos que provocar asco en cualquier compatriota de bien.
Alberto Solanet, Presidente
Carlos Bosch, Secretario
Publicado en www.justiciayconcordia.org