Esto busca simbolizar que este general que hoy asume la conducción del Ejército Argentino es el mismo que egresó junto a otros 247 integrantes de la promoción 115 del Colegio Militar de la Nación en 1984, sin saber muy bien que le depararía el destino, pero con valores y con una llama de vocación militar que nunca se apagó ni se debilitó en más de 35 años como oficial.
Cuando expreso que "Somos el Ejército", intento definir que la Fuerza tiene una identidad, una historia y un compromiso.
Las identidades caracterizan, la historia es una guía consejera para el futuro y los compromisos se cumplen. Pero lo que une a estas tres características es que deben ser las generadoras de respeto y valoración por parte de quienes nos observan y juzgan desde el exterior de la organización.
Somos el Ejército implica que somos los soldados de la Patria, y la Patria son los 45 millones de argentinos, la Patria es la gente a la que acompañamos como primera respuesta del Estado ante una emergencia, la Patria es el territorio del octavo país en extensión del mundo, que protegemos con nuestro amplio despliegue territorial, como una gran fortaleza de la organización, que va desde La Quiaca hasta la Antártida, la Patria es la riqueza del suelo y son los intereses vitales a resguardar, porque ese es el mandato de la Ley de Defensa nacional, la Patria es el respeto al ordenamiento jurídico que delimita nuestra misión y orienta nuestras actividades, es el respeto irrestricto por el orden constitucional y por los tres Poderes del Estado.
Estoy convencido que nuestra profesión debe ser vocacional y no meramente ocupacional.
Somos el Ejército busca explicar que quienes formamos parte de la Fuerza consideramos a la retribución salarial como la resultante del respeto y la valoración que el Estado tiene por la profesión militar y por el compromiso, la entrega absoluta y el silencioso accionar diario y no como un simple pago por trabajo.
Somos el Ejército expresa que disfrutamos y nos enorgullecemos de ser integrantes de una organización única, en la cual nuestro jóvenes se forman y se perfeccionan en la acción, desarrollando múltiples actividades que conllevan un riesgo inherente, mayor que el de cualquier otra profesión.
Para mitigar ese riesgo no alcanza con adoptar las rigurosas medidas de seguridad que aplicamos, sino que exige de un permanente adiestramiento que mita mantener la cadena de conocimientos y busca que el personal pueda resolver con éxito en la emergencia, como producto de la repetición que demanda munición de todos los calibres para entrenamiento, como también necesita uniformes para fortalecer la autoestima profesional y la imagen que se proyecta del soldado.
Requiere también renovar progresivamente los vehículos, modernizar materiales obsoletos y trabajar en la motivación de los más jóvenes, con equipos modernos que permitan achicar la brecha tecnológica que cada año es mayor. Equipos que, además, presenten una anticipación del futuro a las nuevas generaciones, siempre en el marco de la realidad del país.
Somos el Ejército significa también, estar a la altura de otros ejércitos de la región para interoperar juntos, siempre con el objetivo de generar en combinación con nuestros vecinos, el efecto disuasivo que no es más que proteger lo nuestro, con la misma lógica defensiva y preventiva con la que cada uno cuida su casa con una cerradura, una reja, una alarma o un perro guardián y no bajo el concepto reactivo que considera a las Fuerzas Armadas como una póliza de seguro, porque siempre tendemos a pagar el seguro más barato pensando en que no lo necesitaremos nunca.
No nos preparamos para reaccionar nos preparamos para que cada argentino camine tranquilo sabiendo que el sistema de Defensa Nacional es respetable y respetado.
En ese sentido hemos escuchado en repetidas oportunidades al señor ministro decir que, con el Fondo para la defensa (FonDef) y como uno de sus ejes de gestión trabajará para el futuro de nu7estros jóvenes subtenientes y cabos y no para los generales o suboficiales mayores.
Estos conceptos nos comprometen a redoblar los esfuerzos y simultáneamente nos indican que estamos en idéntica dirección.
Somos el Ejército, expresa que mantenemos la mística de quienes hicieron grande a la Patria, exaltando sus valores, su heroísmo, su visión y su legado, pero simultáneamente, hemos profundizado cambios en la formación integral de cadetes, aspirantes y cursantes, actualizando los planes de estudio de las carreras de pregrado, grado y posgrado con conceptos modernos donde, además de los perfiles por competencias y la práctica profesional, se busca consolidar el respeto en su integralidad conceptual y apuntando no solo a la internalización del respeto y la plena integración de la mujer a todas las funciones de combate, tanto como el respeto a la totalidad de las diversidades que hoy son parte de la realidad del mundo y de nuestra sociedad.
Somos el Ejército implica que en nuestra organización hay ejemplos de valor y coraje como el del soldado Hermindo Luna, que no entregó su puesto de guardia, o el del sargento Fabián González, quien saltó a un río crecido a rescatar a un ciudadano que era arrastrado por la corriente, sin reparar en el riesgo que correría, como también el ejemplo de patriotismo del teniente Roberto Estévez, quien ofrendó su vida combatiendo frente a sus hombres. También conviven los que están representando a la Argentina en una misión de paz a 14.000 km de su familia y los que hoy están perforando pozos de agua y potabilizando para que el agua llegue a muchos niños y familias en el norte del país.
Somos el Ejército implica que la formación y el perfeccionamiento en valores son los cimientos sobre los que construimos el día a día de una organización de más de 6000 personas que se caracteriza por ser una de las más federales del estado nacional, en virtud de la representación de cada provincia y cada pueblo.
Somos el Ejército se traduce en la actitud con la que venimos modelando a nuestros oficiales, suboficiales y soldados, apunta a que respondan al estereotipo y la idea que la sociedad tiene de un soldado, esperando que sean personas de honor, valor y lealtad.
Somos el Ejército resume que, a pesar de la identidad y las necesidades de las diversas armas, especialidades y servicios, por sobre todo debe estar el sistema Ejército, donde todos son componentes que deben estar balanceados en equipamiento y también en expectativas profesionales que aseguren un equilibrio en la calidad y cantidad de los recursos humanos, materiales y financieros.
Somos el Ejército incluye a nuestros retirados que siguen teniendo estado militar, continúan haciendo sus aportes y siguen siendo parte de la organización, listos para ser convocados si la Patria lo requiere.
Lo que ellos perciben para su sustento luego de años de servicio no es un privilegio, sino una austera retribución por su entrega a la Patria, si fuera necesario hasta perder la vida. Perciben un haber de retiro que compensa de manera diferida, una pequeña parte de los riesgos asumidos, el desarraigo familiar, la inestabilidad de residencia y otros derechos ciudadanos que se resignan voluntariamente al ingresar a las Fuerzas Armadas, como el derecho a agremiarse, a participar en política o recibir compensaciones por guardias realizadas o por horas extras trabajadas. Ellos junto a nosotros Somos el Ejército y trabajaremos por su bienestar.
Somos el Ejército incluye a los caídos de todos los tiempos y a los Veteranos de Guerra de Malvinas, que independientemente de su jerarquía, participaron de buena fe y con una entrega total, dentro de un contexto político y de una época, dispuestos a entregar la vida como ningún otro de los ciudadanos, que en su mayoría, miramos la guerra por televisión.
Malvinas es una causa que fue y sigue siendo la única que une a la totalidad de los argentinos y que debemos preservar de esta manera. Fue una guerra, y nadie, sino los soldados que tuvieron un fusil en sus manos frente a un enemigo, pueden interpretar y valorar las conductas, los miedos y los heroísmos.
Somos el Ejército se manifestará cuando asignemos a los cuadros más adecuados y necesarios para fortalecer el funcionamiento del sistema de salud del Ejército y de los Hospitales Militares, que hacen al bienestar del personal con un fuerte impacto en la calidad de vida.
Somos el Ejército implica que trabajemos a la par del Estado Mayor Conjunto, con espíritu cooperativo e integrador, convencidos de que la real fortaleza de la acción militar conjunta se materializa en la suma armónica de las capacidades que cada Fuerza debe y puede aportar, manteniendo una identidad y una mística específica, que permite integrar Fuerzas que lleguen al momento de ser asignadas al Comando Operacional, eficientemente adiestradas, alistadas y equipadas, para cumplir cualquier misión que se le imponga al instrumento militar.
Así piensa la conducción que asume a partir de hoy.
0En tal sentido, queda claro que quien habla, en su carácter de jefe de Estado Mayor General del Ejército, y aquellos a quienes particularmente designe en cada caso, será el nexo exclusivo y excluyente con el exterior de la organización y con la cadena de comando.
Agradezco el ejemplo que tuve de mi padre, suboficial mayor, quien pudo verme con el uniforme de general antes de que partiera hacia su morada eterna. También agradezco a una pléyade de camaradas superiores y subalternos que influyeron significativamente en la consolidación de mi profesión militar.
Especial reconocimiento para el señor teniente general Claudio Pasqualini, por su entrega y dedicación como jefe del Ejército, muchas gracias mi general.
Le agradezco a Mónica y a mis hijos por su incondicional apoyo, así como por hacerme sentir el amor y la seguridad de la contención familiar.
Le pido a Nuestra Señora de la Merced, Generala del Ejército Argentino, que interceda ante el Señor para guiar el rumbo de mi equipo en el cumplimiento de esta misión.
Somos el Ejército significa Dignidad y Autoestima Profesional.
Por eso digo que Somos el Ejército.
Somos el Ejército Argentino