Por Jorge García Mantel
En un reciente artículo, conjeturábamos que podría existir el riesgo de una radicalización autoritaria del actual gobierno, sobre todo empujada por su ala K, en general, admiradora de sistemas de este tipo. Decíamos que las duras secuelas socioeconómicas del COVID-19, más el default en curso, podrían constituir la gran oportunidad para ello.