República Argentina: 4:39:02pm

No solo estos tiempos exigen entrega generosa frente a las dificultades.

También en el pasado muchos hermanos nuestros han dado su vida en cumplimiento de su deber y llevando su vocación a su máxima entrega.

Por ello, como lo hemos hecho en otras oportunidades,

Renovamos, Señor, con fervor nuestra oración y súplica para que

Acojas con piedad en tu seno a los que murieron por defender la honra, la Patria y la democracia en Argentina.

Hoy, especialmente, recordamos a aquellos hombres que desde nuestra hermana Provincia de Formosa los sorprendió la muerte cumpliendo su deber de soldados.

“Subordinación y valor, para servir a la Patria”, se les hizo real aquel 5 de octubre de 1975.

Tú sabes, Señor, que todos estos caídos han muerto para libertar con su sacrificio generoso a los mismos que los atacaron, para cimentar con su sangre joven una Patria libre, fuerte y entera.    

Señor, hubo, no pocas veces, muchos silencios y verdades a medias, a lo largo de nuestra historia.

 Pero sabemos que otros, como en el desierto, han hablado y hablan aún defendido con heroica valentía los valores de la verdad y de la justicia, sin ideologías.

Han sabido y saben aún mirar a la historia con dolorosa objetividad sabiendo de la fuerza esplendorosa de la Verdad. 

Te pedimos Señor, por la salud de nuestra Nación y en justicia por la sangre derramada, que esta oración sea también gratitud a nuestros hermanos que encontraron la muerte sólo por servir a la Patria.

Señor, Tú qué sabes lo efímero de esta vida, bendícenos con tiempos de paz, de verdad y de justicia.  Ayúdanos a hacer realidad en la Argentina la “cultura del Encuentro”, para que nos miremos sin desconfianza como hermanos. 

A sus familias, Señor, concédeles la fortaleza necesaria para seguir acompañando la labor en búsqueda de justicia y verdad. 

 Una vez más invocamos a nuestra Madre, Señora de la Merced, Patrona y Generala del Ejército Argentino para que nos libre de toda esclavitud, mentira y opresión.

Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos, nuestros héroes, la luz que no tiene fin.

Amén.

 

 

 

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