República Argentina: 7:37:34pm

Después de la purga y el freezer presupuestario, el Gobierno quiere domar a las Fuerzas Armadas con una mega exhibición callejera y fogonear la batalla cultural.

“No hay plata” es uno de los esloganes favoritos del presidente Javier Milei, su funcionariado y su séquito de trolls en redes para defender el ajuste. Sin embargo, los recursos aparecerán para cumplir con uno de los pilares simbólicos de la campaña: el Gobierno prepara un megadesfile militar para celebrar el 9 de julio con un despliegue inédito en décadas.

El gobierno libertario se propone escenificar en las calles de la ciudad de Buenos Aires un desfile imponente con efectivos, rodados y caballos del Ejército a los que se sumarán la Armada, la Fuerza Aérea y las fuerzas de seguridad –Policía, Gendarmería, Prefectura–. Un tónico para la batalla cultural del Ejecutivo que además busca bajar la espuma del malestar que crece en las Fuerzas Armadas por el desfinanciamiento del sector.

Fuerzas Armadas, columna vertebral

“Las Fuerzas Armadas son la columna vertebral de la defensa nacional”, consignaron Milei y su vicepresidenta, la emergente directa de la familia castrense Victoria Villarruel, en su plataforma de gobierno, allá por agosto del año pasado. En ese texto, la fórmula, que hizo gala de negacionismo en varias ocasiones, evaluaba que el “factor moral” de las fuerzas “está fuertemente afectado y el personal sufre una acentuada frustración vocacional luego de años de agravios”, y proponían, entre otras cosas, financiarlas “adecuadamente” y trabajar para “recobrar el prestigio en el plano nacional e internacional”.

La primera promesa no se estaría cumpliendo: Luis Petri inauguró su gestión al frente del Ministerio de Defensa con una purga, el anuncio de que no pagaría las mejoras salariales acordadas durante la gestión de Alberto Fernández y Jorge Taiana, y el congelamiento del presupuesto. El ajuste también lo pagan los militares, descubrieron.

Sin embargo, y a pesar de la política de ajuste generalizado implementada por La Libertad Avanza desde que asumió el poder, parece que plata sí habría para cumplir con la segunda promesa, la del “prestigio”. Según supo Letra P en base a una serie de documentos administrativos a los que tuvo acceso, el Gobierno está planificando un desfile militar para el 9 de julio que, de concretarse tal como se perfila, será el más grande de las últimas décadas.

Antecedentes

El gobierno de Milei no es el único ni el primero de las últimas décadas que acude a la fanfarria militar para celebrar las fechas patrias. Fuerzas Armadas y de seguridad, además de veteranos de Malvinas, desfilaron para el Bicentenario de la Revolución de Mayo en 2010, con Cristina Fernández al frente del Poder Ejecutivo. También lo hicieron para el Bicentenario de la Independencia en 2016, cuando Mauricio Macri celebró su propio Bicentenario –el de la Independencia– con varios carapintadas incluidos asomando en el homenaje –Aldo Rico y el represor Emilio Nani–. Macri, de hecho, se despidió de la presidencia con otro desfile, el 9 de julio de 2019. Sin embargo, ninguno de aquellos actos implicó la marcha callejera de más de 5.000 efectivos, contando a uniformados de todas las fuerzas, tanto militares como de seguridad.

Detalle. El documento al que accedió Letra P muestra la dimensión del despliegue militar que diseña el Gobierno.

Según los pedidos realizados por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, a cargo del brigadier general Xavier Julián Isaac, a través de la Secretaría General del Ejército a diferentes direcciones y unidades de la fuerza, el desfile que están organizando para el 9 de julio próximo pondría a recorrer las calles de la Ciudad –el lugar específico aún no está determinado– a cerca de 6.000 personas, más gran cantidad de caballos, autos y camiones militares, tanques y aviones. Esa cifra corresponde sólo al Ejército.

Inventario

Los pedidos de informe emanaron de la Secretaría del Ejército a fines de febrero. Con el objetivo de avanzar en la planificación del desfile en una reunión que sucedió esta semana, Isaac solicitó información detallada sobre “los efectivos totales, los vehículos del tipo descripto disponibles, así como las necesidades para realizar la marcha / transporte” a decenas de regimientos, guarniciones y comandos militares.

Isaac y su secretario, el coronel Héctor Ochoa, apuntan alto: quieren que el próximo 9 de julio desfilen, en pleno, los regimientos de Infantería número 1, de Artillería y de Granaderos a Caballo: quieren a sus efectivos de a pie, a sus caballos y a las bandas militares de cada administración militar en la calle. También al Regimiento de Asalto Aéreo. Según los cálculos de fuentes de la fuerza, cada regimiento completo involucra a entre 900 y 1000 personas. Luego requirieron algunos “elementos” representativos –jefatura, bandera de guerra y comitiva– de guarniciones cercanas a la ciudad de Buenos Aires –las de City Bell y Arana– así como del resto del país.

También solicitan informes para saber sobre sobre unidades –autos, camiones– “disponibles para integrar la columna vehicular”, además de vehículos “disponibles el jefe de cada tropa”, así como aviones –”aeronaves de ala fija y de ala aleatoria”.

Javier Milei y la plata

“El gasto es fenomenal”, indican fuentes de las Fuerzas Armadas sobre la erogación presupuestaria que implicaría la organización de un desfile de esta magnitud. En el cálculo que diagraman no sólo está la movilización de esos aproximadamente 6.000 efectivos, sino que también hay que calcular el traslado de los caballos, el combustible para los autos, camiones y aviones, y el plan de seguridad correspondiente. “Hablamos de varias decenas de millones de pesos. ¿Cómo se entiende que hay plata para eso y no para recomponer sueldos de los militares? ¿Esto es devolverles el prestigio? ¿Con tan poco?”, se preguntan en los círculos de cercanía militar.

El pedido está firmado por el secretario Ochoa y sus destinatarios son el subjefe del Estado Mayor General del Ejército, Carlos Carugno; el comandante de Adiestramiento y Alistamiento, Oscar Zarich; y el director general de Educacion militar, Jorge Puebla. También recibieron una copia el comandante de la Guarnición militar de Buenos Aires, Gustavo García; el director general de Material, Cristian Pafundi; y Julio Morillas, a cargo del Comando de Aviación de Ejército.

De la calle a la mesa

A la Dirección General de Educación, por ejemplo, se le solicitó la participación de unidades representativas de la Dirección de Educación Operacional, del Liceo militar, de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral y del Colegio Militar nacional. Según lo requerido, tan solo del establecimiento “Sargento Cabral” estarían a disposición del desfile unas 1600 personas y 36 caballos.

“Hay que tener en cuenta que en la escuela Sargento Cabral –que funciona dentro de la guarnición de Campo de Mayo– el presupuesto no está alcanzando para dar de comer a los suboficiales, oficiales y aspirantes, que comen a diario en los casinos”, advierte una fuente que camina a diario las calles de la escuela.

Por Ailin Bullentini

Publicado en www.letrap.com.ar

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