Argentina, 1985
Con la aparición de la película Argentina, 1985, algunos periodistas dicen que de haber ganado las elecciones Ítalo Luder en vez de Raúl Alfonsín este film no se hubiera estrenado y directamente no hubiera existido. Yo les pregunto a esos mismos periodistas si de haber ganado la guerra sucia de los años 70 los terroristas de las organizaciones de montoneros y el ERP si aún existirían diarios y periódicos como La Nación, Clarín, La Prensa y Perfil o solo existiría Página 12, el Granma argentino.
Además, pregunto si han leído el libro El pacto, sobre las negociaciones entre Néstor Kirchner y Verbitsky. En algún momento tendríamos que tener un debate sobre una cuestión crucial: a la luz del episodio de la libertad de los terroristas el 25 de mayo de 1973 –que habían ido presos con la Constitución nacional y las leyes vigentes en mano por la Cámara Federal en lo Penal–, ¿qué hubieran hecho todos los que critican el accionar de las Fuerzas Armadas y de seguridad si la responsabilidad de luchar contra el terrorismo hubiera sido de ellos?
José Brunetta
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Publicado en La Nación el 5 octubre
Lucha antiterrorista
En su carta de ayer, el lector José Brunetta pregunta, al reflexionar sobre la película Argentina, 1985, “qué hubieran hecho todos los que critican el accionar de las Fuerzas Armadas y de seguridad si la responsabilidad de luchar contra el terrorismo hubiera sido de ellos? Yo soy uno de quienes critican dicho accionar criminal, condenado por la Justicia, aunque solo puedo responder por mi persona sin arrogarme representatividad de nadie más. Mi respuesta es corta y simple: habría combatido al terrorismo con la ley en la mano, como se hizo en Italia o Reino Unido, y al final del proceso habría compartido la lista completa de cada detenido con los motivos de su detención. No habría torturado, no habría asesinado, no habría mantenido centros de detención ilegales, no habría robado bebés.
Espero haber satisfecho su curiosidad.
Sergio Stradolini
DNI 16.978.246
Publicado en La Nación el 6 de octubre
Terroristas liberados
Refiriéndose a una carta anterior del señor Brunetta, el lector Sergio Stradolini manifiesta que él en la década del 70 “habría combatido al terrorismo con la ley en la mano, como se hizo en Italia o Reino Unido, y al final del proceso habría compartido la lista completa de cada detenido con los motivos de su detención”. Quizá porque no vivió esos tiempos o bien porque no ha estudiado la historia, el lector ignora que eso fue lo ocurrido entre 1971 y 1973, pero el mismo día en que el expresidente Cámpora asumió la presidencia todos los condenados con la ley en la mano fueron liberados y poco tiempo después volvieron a sus actividades terroristas, entre ellas, asesinar al juez Jorge Vicente Quiroga, quien había firmado buena parte de las sentencias. Posiblemente, ante el fracaso de la vía legal, la orden política emitida más tarde por el gobierno constitucional habló de aniquilar a los violentos. Cabe señalar que nada justifica los métodos utilizados por el gobierno militar y la desaparición de personas. Debieron ser juzgados públicamente y condenados por sedición bajo el código de justicia militar.
Rodolfo E. Szelest
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Publicado en La Nación el 7 de octubre
La patria indefensa
En una excelente nota publicada el sábado pasado, Héctor Guyot concluye que “sin autoridad, sin ley, el país se desliza hacia un virtual estado de anarquía”. Asistimos a un penoso espectáculo de violencia, colegios secundarios tomados, acampes en la vía pública, empresas bloqueadas al borde del cierre. En el sur, el terrorismo secesionista disfrazado de “mapuche”, con apoyo y presencia de jerarcas montoneros, ataca a las fuerzas de seguridad, que tienen orden de no responder. Detrás de todos esos fenómenos se encuentra la izquierda revolucionaria, a quienes se les entregó en 2004 el diseño y manejo de una política de derechos humanos que mantiene desde entonces a la Justicia Federal abocada al juzgamiento de las más bajas jerarquías de las Fuerzas Armadas y de seguridad por hechos ocurridos hace 50 años, mientras sufre la sociedad el flagelo de la corrupción y el narcotráfico. El descalabro económico, la pobreza, la indigencia, la demolición de la familia, la gigantesca corrupción y la inacción tanto de la Justicia como de las fuerzas federales son fruto de esa alianza que le ofreció el kirchnerismo, y que los encuentra unidos en busca del caos, funcional al plan de impunidad de Cristina Kirchner.
Desde esta asociación hemos venido denunciando desde hace más de una década que la distorsión de los principios del derecho con el fin de reabrir los juicios de los 70 llevaría a la claudicación y sometimiento de la Justicia Federal, como parte del plan de saqueo del Estado y demolición de los principios republicanos. Estamos padeciendo sus efectos, un Estado fallido y una patria indefensa. Urge acabar con el populismo y restablecer la Justicia para alcanzar la concordia política.
Alberto Solanet
Presidente
Carlos Bosch
Secretario
Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia
Publicado en La Nación el 7 de octubre