El ex jefe del Ejército y actual embajador en Colombia, teniente general (RE) Martín Balza, admitió que implícitamente desobedeció instrucciones o al menos recomendaciones de la administración de Carlos Menem, para lanzar por cuenta propia, y en una operación de inteligencia mediática, su mentada autocrítica del 25 de abril de 1995.
Gracias a esa acción, Balza, que por su jerarquía de oficial jefe durante los años de lucha contra la guerrilla no podía desconocer acciones de represión clandestina, ganó así un blindaje que desde entonces lo mantuvo al margen de todas las investigaciones e imputaciones que pesan sobre casi dos mil oficiales de las fuerzas armadas, la gran mayoría del Ejército y en una considerable porción de personas de menor jerarquía a la que ostentaba él en esos años.