Fuentes penitenciarias admitieron en la noche del lunes (17 jun 2013) que en las últimas horas, y por “orden superior”, comenzaron a ser liberados en distintos penales de máxima seguridad ubicados en la provincia de Buenos Aires -pero fundamentalmente en el conurbano metropolitano como la cárcel de Marcos Paz- delincuentes con frondoso prontuario criminal. Estos, sin orientación y sin rumbo fijo, comenzaron a deambular en grupos de tres a cuatro por las zonas inmediatas sin otra alternativa que volver a delinquir.
Sucede que la capacidad de los penales está sobresaturada. La orden de liberar a los presos excluye expresamente a los detenidos por acciones en la lucha antisubversiva de hace 40 años, aún aquellos mayores de 75 años, a los que corresponde por ley prisión domiciliaria, aunque en no pocos casos arrastren procesos o meras inculpaciones sin condena.
Las fuentes informantes dijeron que, por falta de espacio, se prefiere liberar criminales, que vuelven a matar, en lugar de que ocupen la celda de un anciano -que podría esperar en su casa sin peligro alguno para la sociedad, como ocurre con los primeros- mientras se sustancia, en forma totalmente irregular su causa. En ese plano, se insistió, la orden es terminante.