El diario La Nación trazó el jueves (24 oct 2013) un desolador panorama sobre el estado del parque aeronáutico militar lo que permite a los narcotraficantes dominar de hecho el espacio aéreo nacional con la incursión de 400 vuelos ilegales al año.
El artículo señaló:
Frente a las generalizadas críticas por el crecimiento del narcotráfico en el país, el Gobierno decidió desplegar la semana pasada tres aviones para perseguir los vuelos ilegales. Pero el material a mano muestra la pobreza estructural de los sistemas de defensa y seguridad: ante la urgencia, se optó por enviar al Norte aviones militares fabricados en la década del 60 y repotenciados en los 70, que llegaron al país en 1978.
Sin otra opción disponible, los 400 vuelos ilegales que cada año ingresan en el país, en su gran mayoría desde Paraguay, serán buscados por tres T34 TurboMentor, aeronaves de entrenamiento básico que la Armada adquirió en los Estados Unidos y que entraron en servicio hace casi 40 años. El T34 TurboMentor es un monomotor de limitado instrumental que con su velocidad inferior a los 400 kilómetros por hora apenas alcanza a superar a las avionetas narcos que debe perseguir.
En realidad, su función primordial es la de servir de avión escuela para los pilotos navales. La Fuerza Aérea operaba también con modelos T34, pero los dio de baja hace cuatro años.