Sin venganzas ni revanchismos
Editorial del diario La Nación
Es hora de respetar los derechos humanos de todos por igual, sin reversiones históricas que responden a intereses sectoriales
Hacer alarde de ideología fundamentalista es muchas veces vaciarse de sentido y contenido. Repetir un mantra es una de las tantas maneras en las que se pueden cerrar los oídos, alimentando una peligrosa falta de racionalidad.
Cuando este proceder se vuelve colectivo, se refuerzan los errores de concepto, se retroalimentan los propios registros y hasta se puede terminar incluso distorsionando peligrosamente la percepción.