República Argentina: 11:54:53am

subLos dos estuvieron bajo el imperio jurídico del llamado

“Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1983) y

ambos, desde sus funciones públicas, enfrentaron la

época de detenciones de personas y puestas a

disposición del Poder Ejecutivo Nacional, dentro del

marco de una lucha antisubversiva que había nacido

en el gobierno constitucional de Perón, previo al golpe

de estado militar.

Pero con el tiempo, a partir del 2002 hasta la fecha, el

modelo político-jurídico de “justicia venganza” que

instauraron los gobiernos kirchneristas para juzgar a

los agentes del Estado que participaron en la “guerra

antisubversiva” bajo el tinte de “lesa humanidad”, tuvo

un efecto para el Subteniente y uno muy distinto para

el Juez nacional.

El Subteniente, casi cuarenta años después del

gobierno militar, se encuentra con prisión preventiva,

por haber estado presuntamente, - no hay pruebas

concretas - a cargo de la Guardia de veinticuatro horas

de su Regimiento, que tenía alojados en su calabozo a

 

personas detenidas por autoridad militar, por posibles

vínculos con organizaciones terroristas.

Para el Juez Federal interviniente en la causa de “lesa

humanidad”, el Subteniente custodiaba presos en

forma ilegal, porque todo el sistema de detención

provenía de un gobierno inconstitucional.

Así las cosas, el Subteniente, sin importar que su

jerarquía militar era y es la más baja entre los Oficiales

del Ejército, para el Juez Federal encargado de

motorizar la “justicia venganza” en este caso concreto,

el militar hoy es prácticamente “corresponsable” del

golpe militar del 76.

En cambio, el Juez de la Nación, que durante el

gobierno militar que nos ocupa se caracterizó por

rechazar hábeas corpus interpuestos en favor de

detenidos a disposición del Poder Ejecutivo y personas

desaparecidas, no tuvo que rendir cuentas, política o

penalmente hablando, por actos de “lesa humanidad”,

como sí lo está haciendo el Subteniente.

Más todavía, el Juez de la Nación llegó a los más altos

cargos de la magistratura federal, y cuando el

presidente de la Comisión de Acuerdos del Senado le

pregunta si él había jurado por los Estatutos del

Proceso de Reorganización Nacional, o sea por el

Estatuto de la dictadura, contestó entre otras cosas: “si

juré por el estatuto. Esto les tocó vivir a las personas

de aquella época. Vivimos una época de alteraciones

institucionales que desgraciadamente todos conocimos

y siempre confiamos en que no se den más”.

 

Este personaje, con pocas palabras en su favor, quedó

“absuelto” de toda responsabilidad por su actuación en

el proceso militar, y no solo logró ser miembro de la

Corte Suprema, sino también integró una organización

de justicia interamericana.

Sucede, que la justicia venganza no era para él, sino

que se montó especialmente para los militares, como

es el caso del Subteniente, situación que se replica en

miles de Oficiales y Suboficiales de las Fuerzas

Armadas, quienes también, sin duda, no quisieron

alteraciones institucionales y siempre confiaron que no

se den más, como dijo el Juez Nacional, a fin de recibir

el acuerdo del Senado.

Esto es así porque la idea de un sector político de la

Argentina es, desde hace tiempo, mantener la Nación

dividida, con Fuerzas Armadas debilitadas y

resquebrajado el principio de autoridad, todo para

fortalecer una ideología que solo cabe en “mentes

jacobinas”.

La consecuencia de dicha división, que se quiere

mantener como “política de estado” de los actuales

gobernantes, no será otra que la que anticipó Abraham

Lincoln, previo a la guerra de civil de Estados Unidos,

al expresar: “Una casa no puede sostenerse dividida

contra sí misma (...)”

 

Publicada por la Unión del Personal Militar Asociación

Civil ( www.upmac.org.ar

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