Gran Bretaña y Estados Unidos ayudarán a Australia a construir submarinos de propulsión nuclear, como parte de una alianza estratégica creada frente a una China cada vez más provocativa.
Como consecuencia Australia va a romper un acuerdo de 56 mil millones de euros con Francia para recibir nuevos submarinos diesel-eléctricos a favor de los propulsados por energía nuclear, que permanecen bajo el agua por más tiempo, se mueven más rápido y son considerados casi "imposibles de descubrir" por los expertos de la marina.
Francia indignada
Francia se mostró furiosa ante la decisión y acusó a Estados Unidos y Gran Bretaña de “una traición”, cuando era su estrategia esencial para el Pacífico. El gobierno francés condenó a la Casa Blanca por la sorpresa, que describió “como un acuerdo negociado secretamente para dejar a Francia fuera de la región” y favorecer un “eje anglosajón” para confrontar a China.
Las negociaciones por los submarinos se habían desarrollado bajo el gobierno de Francois Hollande entre el 2014 y el 2016 por el entonces ministro de defensa Le Drian.
La bronca francesa está "en el contrato del siglo" para el Grupo Naval, que iba a suplir 12 submarinos con poder convencional a Australia.
Autoridades francesas y australianas celebran en 2018 el acuerdo de submarinos. Foto: AFP
Autoridades francesas y australianas celebran en 2018 el acuerdo de submarinos. Foto: AFP
“Es una cuchillada en la espalda”, dijo el canciller francés Jean Yves le Drian, ex ministro de defensa. “Esta decisión unilateral es brutal, imprevista y se asemeja a la conducta de Donald Trump” denunció el actual ministro de relaciones exteriores francés.”Nosotros construimos una relación de confianza. Esa confianza ha sido traicionada” dijo.
El contrato francés por el submarino de Francia a Australia era central a la “coherente y estructura política de Indo Pacifico de Francia” ante el crecimiento de China y su hostilidad.
El presidente Emmanuel Macron ordenó cancelar una gala en Washington, que estaba organizada para celebrar la alianza franco americana.
Al mismo tiempo el líder holandés Mark Rutte invitará a Gran Bretaña a ser parte de un pacto de la Unión Europea de defensa y seguridad durante un encuentro en Downing St, este viernes.
Hasta el año pasado Boris había rechazado ser parte en pleno Brexit pero ahora Gran Bretaña está más abierto ante la actitud norteamericana en Afganistán durante su retiro. Van a observar la geopolítica regional y la necesidad de trabajar con los británicos. Francia y Gran Bretaña apoyaban esta idea.
Las razones del pacto
En una declaración conjunta, Boris Johnson, el presidente Joe Biden y Scott Morrison, el primer ministro australiano, dijeron sobre el nuevo pacto de defensa estratégica: “Aprovecharemos la experiencia de los Estados Unidos y el Reino Unido, basándonos en los programas de submarinos de los dos países para llevar la capacidad australiana a servicio en la fecha más temprana posible".
El pacto se produce cuando se profundiza el antagonismo entre Estados Unidos y China, con Biden arrastrando a los aliados a una postura más sólida en una reunión de la OTAN en junio.
De hecho las conversaciones secretas con Australia, EE.UU. y Gran Bretaña concluyeron allí. Es probable que cause más fricciones entre China y Occidente. El Reino Unido considera que es la colaboración de capacidad más significativa firmada a nivel mundial en las últimas décadas.
China ha estado invirtiendo miles de millones en su armada y se está volviendo más agresiva en la región.
La nueva guerra fría
El primer ministro británico Boris Johnson dijo ante la Cámara de los Comunes que, si bien las tres naciones estaban separadas geográficamente, "nuestros intereses y valores son compartidos", y agregó que eran "aliados naturales".
“La alianza AUKUS nos acercará más que nunca, creando una nueva asociación de defensa e impulsando empleos y prosperidad” aseguró.
Declaró que sería “uno de los proyectos más complejos y técnicamente exigentes del mundo” que duraría décadas y requeriría la tecnología más avanzada. Se basaría en la experiencia que el Reino Unido había adquirido durante generaciones.
El presidente norteamericano Joe Biden aclaró que las naciones reconocieron el "imperativo de garantizar la paz y la estabilidad en el Indo-Pacífico a largo plazo".
¿Qué clase de submarinos?
Todavía no está claro qué componentes proporcionará Gran Bretaña para los submarinos. Aunque se espera que las empresas obtengan importantes contratos de defensa como resultado, creando cientos de trabajos científicos y de ingeniería altamente calificados.
Los submarinos normalmente irían unos 8 nudos más rápido que los barcos diesel-eléctricos. Pueden mantener esa velocidad indefinidamente, mientras que un diesel-eléctrico tiene que recargar sus baterías con regularidad. Un submarino diesel-eléctrico también emite gases de escape que lo hacen detectable, mientras que uno de propulsión nuclear es mucho más difícil de localizar.
Gran Bretaña ha construido submarinos de propulsión nuclear durante 60 años, con trabajos realizados por Rolls-Royce cerca de Derby y BAE Systems en Barrow-in-Furness, Cumbria. La Royal Australian Navy ya está adquiriendo hasta nueve fragatas británicas Tipo 26.
Los submarinos, que tardarán años en construirse, podrían estar armados con misiles Tomahawk de largo alcance. La asociación también traerá una cooperación más fuerte en áreas como inteligencia artificial, tecnologías cuánticas y drones submarinos..Johnson, el presidente Biden y Scott Morrison, el primer ministro australiano, lo anunciaron el miércoles por la noche.
Biden se vio obligado a negar los informes de que el presidente Xi rechazó su invitación para reunirse, después de una llamada telefónica de 90 minutos entre los líderes, la semana pasada. La agencia de noticias oficial Xinhua dijo que Xi expresó” su preocupación” en el llamado de que la política de Estados Unidos hacia China causó "serias dificultades" en las relaciones.
La embajada de China en Washington respondió a la noticia del pacto diciendo que “los países deberían deshacerse de su mentalidad de Guerra Fría y sus prejuicios ideológicos”.
Resquemores en el parlamento británico
Boris Johnson fue desafiado por los temores de que un nuevo pacto de defensa pueda llevar a que Gran Bretaña sea arrastrada a la guerra con China.
Después de una declaración del primer ministro en los Comunes, la ex primera ministra Theresa May preguntó a su sucesor: "¿Cuáles son las implicaciones de este pacto para la postura que adoptaría el Reino Unido en su respuesta si China intenta invadir Taiwán?"
Johnson no descartó nada en su respuesta, diciendo: “El Reino Unido sigue decidido a defender el derecho internacional. Ese es el fuerte consejo que daríamos a nuestros amigos en todo el mundo, y el fuerte consejo que daríamos al gobierno en Beijing."
China ha aumentado la presión sobre la isla que reclama como territorio "sagrado", lo que ha llevado a Taiwán a creer que se enfrenta a una "grave amenaza" de su vecino.
El anuncio del miércoles sobre el pacto no se refirió a China. Pero la medida equivale a un esfuerzo apenas disfrazado para contrarrestar su poder militar y su creciente asertividad en la región.
Australia nuclear
En su primer discurso público desde que se convirtió en asesor de seguridad nacional de Johnson, Sir Stephen Lovegrove dijo que la decisión de Australia de convertirse en la séptima nación capaz de desplegar submarinos de propulsión nuclear, reflejando el propio aumento de Gran Bretaña en el gasto de defensa, equivalía a "cambios estratégicos profundos ''.
“La colaboración en proyectos nucleares crea vínculos indisolubles, alrededor de los cuales se pueden construir nuevas matrices de colaboración”, dijo el ex mandarín del Ministerio de Defensa, en un evento virtual organizado por el Consejo de Geo estrategia.
La Royal Navy tiene diez submarinos de propulsión nuclear, cuatro de los cuales están armados con ojivas nucleares Trident. Las únicas otras naciones con submarinos de propulsión nuclear son Estados Unidos, China, Rusia, India y Francia.
“Australia se convertirá en el séptimo, lo que representa un compromiso significativo con la paz y la estabilidad en la región, reflejando nuestro propio acuerdo de defensa, que vio un aumento del 10 por ciento en el gasto acordado el año pasado. Estos son cambios estratégicos profundos " dijo Lovegrove.
En el acuerdo conocido como AUKUS, los tres aliados anunciaron en un discurso televisado el miércoles que cooperarían en el desarrollo de los submarinos para la marina australiana y mejorarían su cooperación en defensa y seguridad en áreas como la inteligencia artificial.
En una conferencia de prensa en Canberra, Scott Morrison dijo que estaba indeciso si su país compraría submarinos de la clase BAE Systems Astute de fabricación británica o buques de la clase Virginia a los EE.UU.
Se espera que los submarinos se construyan en Australia. Pero las empresas de defensa del Reino Unido que han pasado décadas construyendo las capacidades submarinas del Reino Unido obtendrían enormes contratos como resultado. Fuentes dentro del Ministerio de Defensa dijeron que esperaban que se construyera un total de ocho submarinos en un proceso que podría llevar años.
China alerta
The Global Times, un periódico dirigido por el Partido Comunista de China, advirtió sobre una carrera armamentista para los submarinos nucleares. Agregó que es probable que los soldados australianos sean los "primeros en morir" en un "contraataque" chino.
Australia ha sido durante mucho tiempo un aliado leal de Occidente. Mientras que su vecino Nueva Zelanda ha seguido desde la década de 1980 una política de no permitir que los buques con armas nucleares o de propulsión nuclear entren en sus aguas, Australia, bajo gobiernos de izquierda y derecha, no ha seguido su ejemplo.
Las potencias de la OTAN necesitan su apoyo para contrarrestar el poder de China. Canberra, a su vez, necesita las capacidades militares de largo alcance y alta velocidad que pueden proporcionar Estados Unidos y Gran Bretaña.
El pacto ha sido bien recibido por Taiwán y Japón, aunque ha causado disensiones con aliados en Europa, en particular Francia, que comprensiblemente se ha enojado por la cancelación del contrato submarino de miles de millones de libras. Canberra ha invertido hasta la fecha más de £ 2 mil millones en este proyecto y tendrá que pagar otros costos contractuales para terminarlo.
En los últimos años, la defensa del continente se ha concentrado en defender la zona costera inmediata por aire y mar. Sin embargo, las amenazas a la seguridad regional han cambiado más allá del reconocimiento.
Canberra, no Washington o Londres, ha tomado la prudente decisión de que el desafío del gobierno autocrático y el poder militar de China debe ser contrarrestado colectivamente.
Gran Bretaña y Estados Unidos están luchando para contener una reacción internacional contra un pacto de submarinos nucleares alcanzado con Australia en medio de preocupaciones de que la alianza pueda provocar a China y provocar un conflicto en el Pacífico.
Boris Johnson dijo a los parlamentarios que el acuerdo de defensa de Aukus "no tenía la intención de ser contradictorio" con China. Pero Beijing acusó a los tres países de adoptar una "mentalidad de guerra fría" y advirtió que dañarían sus propios intereses a menos que se abandonara.
París, corresponsal de Clarin