Sin país
por Enrique Guillermo Avogadro
Evidentemente, los argentinos, siempre tan estatistas, no merecíamos tener un país propio y hoy, por una serie secular de actos suicidas, lo hemos perdido. A quien dude, le bastará con ver qué ha ocurrido -las tomas de tierras, el separatismo de los mapuches, la liberación de presos, el crecimiento exponencial del narcotráfico y la cesión del poder territorial a las bandas, la guerra contra el campo y la falta de clases por exigencia de los gremios- desde que un importante porcentaje de los ciudadanos, justificadamente descontentos con el fracaso económico del gobierno anterior, optó por reponer al kirchnerismo en el poder y, así, transmutar a Cristina Fernández de multiprocesada saqueadora a verdadera emperatriz.