República Argentina: 5:52:47pm

Por José Narosky Publicado por www.laprensa.com.ar

Hay una marcha patriótica, cuya musicalidad e incluso su letra, toca sin duda el sentimiento de todos los argentinos de corazón sensible. Una de las estrofas de esa marcha dice:

Vieja y glorioso fragata

El pueblo argentino no olvida jamás

Toda la historia brillante

Que tienen tus viajes, de estudio y de paz”.

Quien de ustedes no está adivinando ya, que nos referimos obviamente a la marcha ‘Fragata Sarmiento’, de cuya botadura, un 21 de agosto de 1897, se cumplieron ya 128 años.

En 1938 y en horas del mediodía, la vieja fragata Escuela Presidente Sarmiento, dando término a su viaje anual de instrucción número 37, ¡hizo 37 viajes!, atracaba para ya no retornar jamás al mar, frente al Dock Central del puerto de La Plata. Venía de recorrer alrededor de 20 mil millas. Se le notaba una especie de cansancio definitivo, una fatiga de tiempo.

Pero para la Fragata Sarmiento este envejecer significaba también el haber culminado una útil y hermosa tarea. En el puerto los familiares y amigos de los marinos. Emoción, anhelos, lágrimas...

El anuncio de su arribo a nuestro país podía ser leído en la quinta edición del diario ‘Crítica’ de ese día en un espacio relativamente reducido. Se había botado un día 21 de agosto, de 1897 y durante casi 40 años había surcado los mares del mundo, intercambiando mensajes de fraternidad con hombres de otras latitudes.

Su primer viaje lo había comenzado un ya lejano día 12 de enero de 1899, en que la gallarda fragata partía con su tripulación alineada en cubierta, del puerto de Buenos Aires.

El presidente de la República, General Julio A. Roca, pronunció una breve alocución: “Tripulantes de la Fragata Sarmiento: Que vientos propicios os acompañen. Abrigo la confianza de que en todas partes vuestra conducta correcta y caballeresca hará honor al emblema querido de la patria, que es la bandera argentina”.

PRIMER VIAJE

Ya en navegación, tocaron en aquel tan lejano primer viaje, Punta Arenas y Valparaíso en Chile; luego Perú, Panamá, Acapulco (en México), San Francisco, las islas Hawai y luego 32 días seguidos de navegación hasta llegar a Yokohama (Japón).

Muchos episodios signaron este primer viaje. Les tocó soportar un tifón cerca ya de Japón y una epidemia de peste bubónica en Bombay (India), que les impidió desembarcar en ese país. También una desgracia: la muerte de un guardiamarina, Augusto del Campo, cuyo cadáver fue arrojado al Océano Pacífico envuelto en la bandera de su patria. Y tuvieron la emoción de vivir en el Mar Mediterráneo, cerca ya de Egipto, el último día del siglo XIX, es decir el 31 de diciembre de 1899 y por supuesto el siguiente, es decir el primer día del siglo XX.

El 30 de septiembre del año 1900, luego de un año y nueve meses de navegación, regresaba la Fragata Sarmiento del primer viaje. Después se fueron sucediendo los mismos hasta ese último culminado en 1938. Dos años después, un director cinematográfico, Carlos Borcosque, inmortalizó las hazañas de la Fragata Sarmiento, con una película argentina que lleva ese nombre y que protagonizó Angel Magaña. Actuaron también Armando Bo y Carlos Thompson.

Desde el año de su retiro, la fragata realizó anualmente los períodos de instrucción con viajes por nuestro litoral marítimo y fluvial hasta convertirse en buque museo y ser declarado en 1962 Monumento Histórico Nacional. Actualmente la fragata Sarmiento funciona como museo y es visitado por cientos de personas cada fin de semana.

Y esta trayectoria de la fragata Sarmiento acercando el vibrar de corazones argentinos al latir de seres de países extraños y lejanos trajo a mi mente y a mi pluma este aforismo: “En lejanas tierras descubrimos hombres cercanos”.

 

 


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