En tiempos de crisis y desastres naturales, los militares están listos para ser desplegados en la primera línea, como lo hicieron recientemente en Buenos Aires, Entre Ríos, Chubut y Corrientes. Los detalles de la preparación y las capacidades que poseen, en la voz de un funcionario del Ministerio de Defensa
DEF dialogó con el coronel retirado Marcelo Rozas Garay, funcionario del Ministerio de Defensa, para conocer en profundidad el rol de las Fuerzas Armadas en emergencias y desastres.
“Esta semana, el ministro de Defensa, Luis Petri, ofreció formalmente apoyo logístico y medios al gobernador de Corrientes tras las inundaciones del 3 de marzo. Estamos alistados para eventuales requerimientos adicionales con el objetivo de contribuir con la etapa posdesastre y lo que llamamos ‘la vuelta a casa’, ya que hubo más de 1000 evacuados”, explicó en exclusiva a DEF desde el Edificio Libertador, sede de la cartera de Defensa, el coronel retirado Marcelo Rozas Garay, actual subsecretario de Planeamiento y Coordinación Ejecutiva en Emergencias.
En aquella oportunidad, el presidente de la Nación, Javier Milei, se trasladó a la zona de la emergencia. Allí, junto a autoridades como los ministros Luis Petri y Patricia Bullrich, fue testigo del trabajo silencioso de los efectivos militares.
¿Por qué, en este tipo de tareas, los uniformados no pueden ser reemplazados por otros actores de la comunidad? “En todos los países del mundo, es el Estado el que gestiona la asistencia a las emergencias y los desastres. En nuestro caso, es una responsabilidad en todos los niveles: en la esfera municipal, provincial y nacional. Además, las Fuerzas Armadas, como parte de ese sistema, tienen recursos y medios que son aptos para la actividad. En ese sentido, prefiero hablar de desastres, y también de emergencias, porque, de acuerdo con nuestra ley, cuando hablamos de emergencias estamos hablando de un tema estrictamente municipal”, respondió Rozas Garay, en diálogo con DEF.
Prevención, crisis y poscrisis: “Tienen mucho que aportar”
En palabras del actual funcionario de Defensa, las Fuerzas Armadas tienen medios, recursos humanos, capacidades y destrezas particulares. Y, a la hora de trabajar en las tres fases (prevención, crisis y poscrisis), “tienen mucho que aportar”.
En esa línea, explicó a DEF que, por la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas, tienen la misión subsidiaria de operaciones de apoyo a la comunidad nacional e internacional: “Si bien su misión principal es prepararse para la defensa de nuestra soberanía, además tienen misiones subsidiarias de apoyo a la actividad científica en la Antártida, la participación y contribución en el sistema internacional y de compromiso por la paz de Naciones Unidas, y la de operaciones de protección civil, que son las que llevamos adelante en apoyo a los desastres y las emergencias”.
En ese marco, la Ley de Defensa Nacional también hace mención a la defensa civil y al apoyo en situaciones de desastres. “Lo más reciente es la Ley 27287, que crea el Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgos y la Protección Civil (SINAGIR). Las FF. AA. son parte de ese sistema. El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la Dirección Militar de Respuesta, el Servicio Meteorológico Nacional, CITEDEF, el Servicio Hídrico Naval y el Instituto Geográfico Nacional son algunos de los organismos, bajo la órbita de Defensa, que también participan del SINAGIR”, agregó.
¿Por qué la preparación para la guerra termina siendo un valor agregado para los tiempos de crisis?
“Por su misión principal, las Fuerzas Armadas tienen capacidad de organización, de gestión del trabajo en equipo, centros de coordinación y comunicaciones, y un importante aporte en lo referido a logística. De hecho, en muchas de estas operaciones de apoyo, el valor distintivo es el apoyo logístico. A esto le sumamos que las FF. AA. disponen de un despliegue territorial que les permite alistarse con cierta rapidez”, comenta Marcelo Rozas Garay, al tiempo que agrega que los militares cuentan con una capacidad particular para un rápido alistamiento y para adaptarse a situaciones de inestabilidad, como aquellas que sobrevienen a un desastre: “No obstante, en algunos casos, es necesario complementar la capacitación y se imparten distintos cursos particulares, por ejemplo, para el apoyo a incendios forestales”.
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De hecho, Defensa tiene un convenio con Ambiente (Sistema Nacional de Manejo del Fuego) que permite alcanzar algunos estándares y cooperar en tareas complementarias en los incendios. “Hemos dado apoyo a los brigadistas desplegados para combatir el fuego en el Parque Nacional ‘Los Alerces’, en Chubut, donde las FF. AA. dieron alojamiento, apoyo cartográfico, un lugar para recuperación de los brigadistas, apoyo sanitario y cocinas móviles en la zona de los incendios. Incluso, las motos del Regimiento de Caballería de Esquel fueron empleadas para guiar a los grupos que combatían los incendios de zonas de difícil acceso y de zonas afectadas por el fuego. Incluso nuestra Fuerza Aérea, a instancias del gobierno de Chubut, trasladó a brigadistas desde Santa Fe”, detalló.
Casos testigo en Chubut, Catamarca, Entre Ríos, Buenos Aires y Corrientes
Para Rozas Garay, las Fuerzas Armadas tienen una capacidad de organización y gerenciamiento que las distinguen: “Los desastres generan caos inicial y desestabilizan a la comunidad. Es importante contribuir a poner orden y así potenciar el rol y funcionamiento de cada agencia interviniente. La tarea fundamental de las FF. AA. es apoyar a la autoridad local, organizar y gerenciar”. En ese sentido, el coronel retirado también subrayó la relevancia del tipo de medios de los que estas disponen para sus misiones, como helicópteros, camiones 4x4, equipos radioeléctricos o puestos sanitarios.
Por ejemplo, gracias a este tipo de recursos, el Ejército pudo desplegar cinco puentes tipo Bailey, uno de ellos instalado en Catamarca, luego de un temporal que incomunicó la zona: “Son puentes temporarios hasta que Vialidad Nacional o Provincial pueda reparar el puente dañado. La semana pasada, helicópteros del Ejército participaron de rescates de andinistas extranjeros en la zona de El Chaltén, a pedido del gobierno de Santa Cruz”.
Por otro lado, las Fuerzas Armadas también contribuyen con la tarea de descacharreo en Misiones (para evitar la propagación del dengue). En este tipo de misiones, explica Rozas Garay, suelen trasladar al personal de salud (municipales y provinciales).
El modus operandi militar
Para este tipo de operaciones, las Fuerzas Armadas cuentan con las conocidas Unidades Militares de Respuesta a la Emergencia (UMRE): “Actualmente, el territorio nacional está dividido en 16 UMRE. Se organizan sobre el despliegue territorial de las FF. AA., lo que permite disponer de una estructura jurisdiccional fija que les facilita alistarse en poco tiempo y activarse como comandos conjuntos de zona de emergencia para coordinar el apoyo ante desastres. Las UMRE hacen seguimiento permanente de las situaciones de riesgo en sus jurisdicciones, capacitan a su personal y confeccionan planes y protocolos para reaccionar. Su importancia radica en eso: disponer una estructura eficiente para disminuir los tiempos de reacción”.
De hecho, cada una de las brigadas sobre las que se organizan las UMRE disponen de un Batallón o Compañía de Ingenieros. Una combinación de medios y de capacidades que le permiten al comandante reaccionar con sus medios propios y los de su jurisdicción y, en el caso de insuficiencia de medios, solicitar al apoyo al Comando Operacional de las FF. AA.
“Las Fuerzas Armadas reaccionan inmediatamente frente a la emergencia en su jurisdicción. Existe la obligación de actuar frente al riesgo inminente y presente, más allá de la activación como Comando Conjunto de Zona de Emergencia. Por eso, es fundamental el trabajo con los intendentes. Normalmente, ellos conforman, o deberían conformar, un centro de operaciones de emergencia (COE) y suelen sumar al representante de las Fuerzas Armadas. Esto permite que, frente a la emergencia, se sepa cómo actuar porque hay un trabajo interagencial y de prevención previo”, dice Rozas Garay.
Una gestión que empezó abocada al temporal de Bahía Blanca
Cabe señalar que, a pocos días de haber asumido la nueva gestión de la cartera de Defensa, con Luis Petri a la cabeza, tuvo lugar el fuerte temporal en Bahía Blanca.
¿Cómo transitaron aquel momento? “Justamente, la ventaja de la territorialidad que tienen las Fuerzas Armadas, con estructuras permanentes ya organizadas y un esquema UMRE, permitió que, en poco tiempo, se pudieran conformar comandos conjuntos de zona de emergencia que fueron puestos a disposición de la autoridad. En este caso, si bien el Ministerio de Defensa iniciaba una nueva gestión, esta capacidad existente en las FF. AA. permitió un rápido apoyo desde el Comando Operacional y desde el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, desplegando unidades militares extrajurisdiccionales”, respondió. Al mismo tiempo, explicó que, de aquella oportunidad, obtuvieron lecciones aprendidas: “Cada operación deja una enseñanza o permite analizar y revisar protocolos. En este caso, trabajamos para agilizar el sistema logístico en el territorio y trabajar a futuro sobre un presupuesto específico para este tipo de operaciones. Desde febrero, trabajamos para que sean autosuficientes logísticamente para las 24 o 48 horas iniciales”.
La mayoría de las lecciones aprendidas, detalló, también están relacionadas con el enlace y la coordinación con otros organismos, sobre todo en lo que respecta al intercambio de información. “Algo que sucedió en Bahía Blanca es que se cayeron las comunicaciones, no funcionaron los celulares. La comunicación facilita las coordinaciones, evita que las agencias concurran de manera simultánea, permite secuenciar el empleo de medios. Nuestro objetivo es mejorar las comunicaciones, la logística y la coordinación interagencial, lo que permitirá la economía de medios y evitar que, por falta de coordinación, queden zonas sin apoyo, y queden, de esa manera sectores desprotegidos, más aún cuando se trata de situaciones que producen una conmoción en la comunidad”, profundizó.
“Si uno no se organiza, la ayuda es ineficiente”
Para afrontar un año atravesado por el fenómeno “El Niño”, desde el Ministerio avanzaron en la identificación y el mapeo de capacidades disponibles con el objetivo de apoyar a otras agencias y fortalecer el sistema: “Apuntamos a trabajar con los municipios en lo que respecta a la capacidad de organización de los Centros de Operaciones de Emergencia y a avanzar en el hecho de que la territorialidad de las Fuerzas nos permite trabajar junto a otras agencias en materia de autoprotección, focalizando en poblaciones más vulnerables, como las ribereñas”.
En palabras de Rozas Garay, se busca concientizar sobre cómo deben actuar y reaccionar los ciudadanos frente a una emergencia mientras llega defensa civil o un experto: “Estamos en un proyecto particular con el Ministerio de Capital Humano para abordar esta temática: evaluando la manera en la que las Fuerzas Armadas pueden contribuir con la prevención y a la capacitación”.
Por otro lado, y dada la existencia de convenios de reciprocidad entre países, ministerios y las FF. AA., en años anteriores, desplegaron efectivos y medios militares para colaborar con países vecinos. “Particularmente, en el terremoto ocurrido en Chile en 2011, se desplegó un hospital móvil y reubicable”, recordó el coronel retirado, al tiempo que contó que, este año, y ante los incendios registrados en la localidad chilena de Valparaíso, se pusieron a disposición –a través de Cancillería– para cooperar en forma inmediata y ante eventuales requerimientos. “En estos casos, el país que sufre una catástrofe tiene como prioridad organizarse y luego evaluar si resuelve la crisis para pedir apoyos puntuales. Si uno no se organiza, la ayuda es ineficiente”, agregó.
“Es más que un simple gesto hacia los militares”
Para mejorar las capacidades de las Fuerzas Militares en materia de asistencia a la comunidad en casos de desastres, el Ministerio programó ejercitaciones y simulacros. “Las situaciones de desastre son situaciones de caos; si uno no las trabaja previamente, se convierten en una especie de Torre de Babel a la hora de actuar. Es por eso por lo que se practican y ejercitan los protocolos y los mecanismos de apoyo”, explicó Rozas Garay, quien, como oficial retirado del Ejército, considera vital la experiencia castrense en la cartera de Defensa.
“Sumar militares a la gestión del Ministerio de Defensa es un paso adelante. Es importante haber añadido el expertise militar en la función. Esto ocurre en la mayoría de los países del mundo y era una deuda pendiente en la Argentina. Es una buena decisión del presidente de la Nación y del ministro de Defensa, porque potencia la gestión. Creo, en lo personal, que es más que un simple gesto hacia los militares. Era algo necesario. Argentina era una de las excepciones en el mundo, ya que no había casi militares en el Ministerio de Defensa, o solo había como asesores en cargos sin decisión”, finalizó.
DEF
Por Patricia Fernández Mainardi
Publicado en www.infobae.com