República Argentina: 2:22:31pm

Por Patricio Eleisegui publicado en www.iprofesional.com

El oficialismo busca suprimir los aportes de Nación y afianzó el diálogo para traspasar el manejo de la fábrica. Proponen que brinde servicios a Airbus

Las idas y vueltas en torno al destino de FADEA, la fábrica de aviones de Córdoba, no dejan de sucederse y, en simultáneo a las nuevas oportunidades de negocios que surgieron en las últimas semanas, se mantiene firme el interés del Gobierno de privatizar sus instalaciones o, en todo caso, ceder el control de sus operaciones. Esta última opción cobró fuerza en días recientes tras conocerse que la administración provincial que encabeza Martín Llaryora intensificó el diálogo con la Casa Rosada para hacerse con el dominio de la empresa. El traspaso cobraría forma en el marco del vigente Régimen de Extinción de Obligaciones Recíprocas, el cual le permitiría a Córdoba cobrarse parte de las deudas que hoy Nación mantiene con esa provincia.

Lo particular es que no sólo FADEA ingresaría en la negociación: el trato implicaría la cesión, también al gobierno provincial de Córdoba, del manejo de la central nuclear de Embalse. En ese paquete de activos entrarían, además, una serie de lotes pertenecientes a las Fuerzas Armadas que quedarían bajo la órbita de la gestión Llaryora.

La intención de Córdoba es transformar a la planta de aviones en un complejo orientado plenamente a la producción de componentes y la provisión de mantenimiento a aeronaves civiles. Esto implicaría abandonar el perfil netamente militar bajo el cual operó FADEA en las últimas décadas.

FADEA y la posibilidad de abastecer a Airbus

Esta postura choca de frente con las intenciones de carteras como Defensa. En ese sentido, tanto Luis Petri, al frente de esa área, como los principales cuadros de las Fuerzas Armadas buscan seguir teniendo algún tipo de participación en FADEA, por lo que el destino inmediato de la fábrica de aviones sigue siendo una incógnita.

En el caso de la central nuclear de Embalse, la resolución parece estar más clara: el Gobierno nacional trasladaría su manejo a Córdoba, que además de asumir la operación de la usina también se encargará de vender la energía que produce ese complejo. El único resquemor que se mantiene en los pasillos de Nación radica en la posibilidad de que, ocurrido el traspaso de Embalse, Axel Kicillof también reclame el manejo de las Atucha I y II, ambas ubicadas en Lima, provincia de Buenos Aires.