República Argentina: 12:06:04pm

Varios de ellos integraron el gabinete de la ministra de Seguridad en el gobierno de Mauricio Macri; el equipamiento de las Fuerzas Armadas en medio de la profunda crisis es uno de los principales desafíos del excandidato a vicepresidente

La incorporación de militares retirados en su equipo y una relación estrecha con su compañera de gabinete y titular de Seguridad, Patricia Bullrich, asoman como las principales novedades en el armado de la gestión del radical Luis Petri como ministro de Defensa.

En medio de la crisis económica, el excandidato a vicepresidente enfrentará el desafío de resolver la continuidad o el freno de las negociaciones iniciadas por el exministro Jorge Taiana para avanzar en la compra de aviones militares, como los P3 Orion, cuyas adquisiciones se habían acordado con Noruega para reforzar las tareas de vigilancia y control marítimo en el Atlántico Sur, y las gestiones por las aeronaves F-16, que se vienen discutiendo con el gobierno de Estados Unidos, en medio de los amagues que el gobierno kirchneristas hizo en los últimos años con China y Rusia.

Petri mantuvo ya su primera reunión con los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Entre otras decisiones, el ministro de Defensa deberá proponer al presidente Javier Milei los nombres de las futuras conducciones del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como el próximo superior del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.

Como no ocurrió en ninguna de las gestiones del kirchnerismo, el organigrama del Ministerio de Defensa reservará lugares para uniformados que ya están fuera del servicio activo. Uno de ellos será el teniente coronel retirado Carlos Federico Becker Fioretti, con experiencia en el área de logística internacional y procesos de compra en el Ejército, que asumirá como jefe del gabinete de asesores del ministro o una función equivalente.

Becker tiene un fuerte vínculo con los oficiales de la fuerza, ya que muchos de sus compañeros de promoción permanecen en actividad. En la anterior gestión de Juntos por el Cambio trabajó con Bullrich en el Ministerio de Seguridad, para fortalecer el equipamiento de la Gendarmería y la Prefectura, indicaron fuentes castrenses a LA NACION.

Militares en el ministerio

Otro militar que ya se reunió con Petri y podría asumir funciones en la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares es el coronel retirado Carlos Daniel Esteban, veterano de Malvinas, donde tuvo a su cargo una sección de 40 hombres que derribó tres helicópteros británicos en la batalla de San Carlos, en 1982. Pasó a retiro luego de ser jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado 25, de Colonia Sarmiento, en Chubut.

A ellos se sumarían el coronel retirado Marcelo Rozas Garay, quien también estuvo en Colonia Sarmiento, al frente del Grupo de Artillería 9, y el contralmirante retirado Máximo Pérez León Barreto, también veterano de Malvinas, que estuvo al frente del Operativo Alfil en la participación de las tropas argentinas en la guerra del Golfo Pérsico y fue subsecretario de Planeamiento Estratégico y Política Militar del gobierno de Mauricio Macri, durante la gestión ministerial de Oscar Aguad.

Ya trabaja también junto a Petri el abogado y doctor en ciencia política Alberto Föhrig, quien estuvo al frente de los equipos de campaña de Bullrich en el proceso electoral. Llega con una fuerte experiencia en el área de seguridad y combate al narcotráfico, áreas en las que las Fuerzas Armadas -por las leyes de defensa nacional y de seguridad interior- solo pueden colaborar en acciones de apoyo y logística.

Petri mantuvo también reuniones con el abogado y sociólogo Diego Fleitas Ortiz de Rozas, consultor en estrategias contra el crimen organizado en Latinoamérica en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y colaborador de Bullrich en su anterior paso por el Ministerio de Seguridad, y con Luciana Micha, con experiencia en misiones de paz y docente de la Universidad Nacional de la Defensa (Undef).

La decisión de incorporar militares a la gestión del Ministerio de Defensa, con una conducción civil, es bien recibida en sectores castrenses. “Está bien, porque eso facilita el entendimiento y la cooperación con las fuerzas. Técnicamente hablan el mismo idioma, hay cosas que son difíciles de explicar”, evaluó una fuente consultada.

Según coincidieron distintas fuentes consultadas, las unidades militares presentan serios problemas de racionamiento. “Se cambió el horario de las guardias en los cuarteles y se fijó a las 14, para que los que toman la guardia lleguen comidos y los que la dejan vayan a almorzar tarde a sus casas”, graficó un oficial superior del Ejército.

“Hace un mes la deuda con los proveedores en los cuarteles por los alimentos era de $4500 millones y, si bien el Poder Ejecutivo giró $1500 millones, se mantiene un rojo de $3000 millones, por lo que la provisión no se regulariza”, confió la fuente castrense. Todo eso en medio de la crisis inflacionaria.

Mariano De Vedia

Publicado en www.lanacion.com.ar

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