El militar, jefe del estado Mayor Conjunto de la Fuerzas Armadas, publicó un artículo de opinión en Infobae que reproducimos textualmente:
“OPINIÓN
Debe y haber en materia militar
La Defensa como política de Estado es uno de los aspectos esenciales que debe disponer nuestro país para enfrentar los desafíos que presenta el convulsionado mundo que vivimos
Una política de estado debe tener como principal condición la continuidad en el tiempo y más aún si pasa la prueba de un cambio de signo político. Finalizando ya un nuevo ciclo de gobierno, nos encontramos frente a una buena oportunidad para efectuar un análisis, a modo de balance, sobre lo actuado en materia militar destacando los logros alcanzados y presentando aquellos aspectos inconclusos o pendientes. La intención es proporcionar a la gestión entrante elementos de juicio que le permitan mantener lo alcanzado, modificar lo necesario, y desarrollar las acciones pendientes, con la finalidad de continuar la trascendente tarea de disponer de un Instrumento Militar cada vez más eficaz fortaleciendo la Defensa Nacional como una auténtica Política de Estado.
A propósito de la inversión en el campo de defensa
La necesidad de frenar la pérdida de recursos humanos por la falta de expectativa salarial, la diferencia de haberes percibidos por el personal en retiro, debido al pago de alrededor de un 40% en forma no remunerativa, y la falta de expectativas profesionales, fueron atendidas con medidas concretas tales como:
• El blanqueo de la totalidad del salario, que impactó en forma directa sobre el personal en actividad y retiro, finalizando las demandas judiciales al Estado Nacional y permitiendo incrementar sensiblemente la capacidad recaudatoria de la Obra Social de las Fuerzas Armadas, que se encontraba al borde de su liquidación, su saneamiento financiero y el pago de las deudas generadas por juicios contra el Estado.
• Concretar un Plan de Jerarquización salarial, para equiparar la diferencia salarial existente desde hace 30 años con las Fuerzas de Seguridad de alrededor del 62% promedio. Cumplido en su mayor parte, quedan pendientes 2 cuotas finales a concretarse con los haberes de enero y abril de 2024. Este último aspecto es, sin duda, el principal DEBE que enfrentará el nuevo gobierno para solucionar este problema que afecta al personal militar desde hace años.
• La aprobación por parte del Congreso de la Ley Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), que permite disponer de una herramienta única para asegurar la disponibilidad de recursos para reparar, producir, y adquirir los medios que den la posibilidad de revertir el largo proceso de desinversión, en materia de defensa, y continuar con el proceso de recuperar capacidades perdidas.
En términos de la recuperación de capacidades perdidas, o aún no desarrolladas, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas centró su esfuerzo en distintos proyectos que impactan decisivamente en el conjunto de las fuerzas (se excluyen los objetivos alcanzados por cada Fuerza, en su responsabilidad primaria respecto del alistamiento y adiestramiento específico).
• La aprobación del Plan de Adquisición de Munición Plurianual determina, por Resolución Ministerial, que se debe asignar el 10% del FONDEF durante 10 años para adquirir: munición de diferentes calibres y poder de fuego, sistemas de alto impacto y avance tecnológico con Misiles (Antiaéreos, Aire-Aire, Aire-Buque, Buque-Buque), Municiones Merodeadoras, Torpedos, Bombas inteligentes, etc. Con estos recursos el Ejército, la Armada, y la Fuerza Aérea, podrán realizar su adiestramiento para estar en capacidad de ser alistadas.
• La adquisición del Sistema de Defensa Antiaéreo Misilístico, de baja cota RBS-70 NG, y los simuladores necesarios para el adiestramiento del personal de las 3 Fuerzas Armadas, que permitió recuperar una capacidad, que estaba perdida, y cuyas últimas adquisiciones se realizaron antes de la Guerra de Malvinas.
• La renovación de la línea de helicópteros de montaña, para el Ejército y la Fuerza Aérea, cuya 1er aeronave se recibió el mes pasado y se continuará con la provisión de las restantes durante los próximos 3 años.
• La organización a nivel jurisdiccional hacia 2021 de la mesa de Satélites cuya finalidad era la creación de un espacio de trabajo para elaborar, de manera consensuada, un programa satelital de la defensa. Integrado por civiles y militares, recopiló los requerimientos y necesidades de las fuerzas en materia satelital, generó convenios con universidades, apoyó desarrollos específicos de las Fuerzas Armadas y de terceros. Sus actividades fueron previas a la aprobación del Plan de Capacidades Militares (PLANCAMIL) y fue a partir de las prioridades establecidas en dicho plan, que se resolvió unificar los proyectos de las fuerzas y avanzar con un sistema de comunicaciones de la defensa, basado en un satélite (en principio se define Geoestacionario, de órbita baja), a ser diseñado y fabricado por INVAP. Como parte inicial de este plan, el Ejército Argentino pondrá en órbita el primer nanosatélite militar de comunicaciones, coproducido con CITEDEF a mediados de 2024, buscando generar las experiencias y capacitación de recursos humanos para avanzar a la fase siguiente.
• En forma similar, y en virtud de que los conflictos en desarrollo han puesto de manifiesto la trascendencia que los sistemas no tripulados, con capacidades ofensivas, tienen en términos de disuasión y efectos militares, el Ministerio de Defensa organizó una mesa de Sistemas No Tripulados en 2022, en la que se definieron las necesidades de las fuerzas y se decidió apoyar a desarrollos propios. Desde el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas se unificaron las necesidades simplificando la cantidad de modelos y usos.
Considerando los prolongados tiempos de desarrollo, especialmente de los sistemas de mayores capacidades y prestaciones, se incluyó en el Planeamiento Estratégico la necesidad de incorporar sistemas para las tres fuerzas, con capacidades de exploración, vigilancia, y ataque de gran autonomía y prestaciones. A tal fin, se enviaron requerimientos a fabricantes con el estado del arte en la materia, quienes han manifestado interés y deseos de integrar sus sistemas en el país y facilitar los desarrollos propios.
Con la finalidad de cumplir la misión fundamental del Estado Mayor Conjunto, como organismo rector del Planeamiento Militar, y disponer de elementos de juicio certeros que permitan orientar el esfuerzo de adiestramiento, recuperación, desarrollo o adquisición de medios, se completó el Ciclo de Planeamiento, que partiendo de la Directiva de Política Nacional (DPDN) emitida por el Poder Ejecutivo Nacional finalizó con el desarrollo de los Planes de corto, mediano y largo plazo, y 8 Planes de Campaña, 3 de ellos, se pudieron comprobar con ejercitaciones en el terreno.
En términos de Estrategia Militar desarrollamos un modelo doctrinario que denominamos Estrategia de Restricción de Áreas, que se lleva adelante mediante el desarrollo de operaciones multidominio (Terrestre, Naval, Aéreo, Cibernético, Espacial y de la Información). El principio rector de esta nueva concepción estratégica no se basa, como era tradicional, en la geografía (que relaciona naciones y fronteras) sino en una evolución de la geografía que es la conectografía, que relaciona Infraestructuras y Cadena de Suministros.
Consideramos que este concepto se adapta mucho mejor a nuestra ecuación estratégica (vastos espacios, infinidad de recursos e infraestructuras a proteger, recursos humanos reducidos y tiempos de reacción muy largos).
Cuando los medios son escasos en relación a espacios muy amplios y tiempos de reacción muy largos, una estrategia adecuada debe apoyarse en una capacidad de anticipación sin margen de error. Como dijera un viejo y experto Coronel, referente en términos de pensamiento estratégico, cuando uno tiene solo una bala para matar al león no puede equivocarse.
Para ello es fundamental revisar el sistema de inteligencia estratégico militar, y operacional, ya que (si bien cumple con la ley vigente) prohíbe expresamente al Estado Mayor Conjunto producir la inteligencia necesaria para conducir las operaciones a estos niveles dificultando el acceso al principal insumo que orienta un planeamiento y la conducción de las operaciones: la información.
En términos prácticos, la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM) es un organismo perteneciente al nivel Político de la Defensa, dependiente del Ministro de Defensa, por lo tanto no debería tener la responsabilidad de producir Inteligencia en apoyo al nivel Estratégico Militar, que en practicamente la totalidad de las Fuerzas Armadas del Mundo es una responsabilidad primaria del Nivel Estratégico Militar (Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas) y en el Nivel Operacional del Comando Operacional, no del Nivel Político (Ministerio de Defensa) ni del Táctico Ejército, Armada y Fuerza Aérea).
Esta disfunción lleva también a creer que las Direcciones de Inteligencia de las Fuerzas Armadas dependen de la DNIEM, avanzando sobre funciones propias de los Jefes de Estados Mayores Generales, cuando las resoluciones vigentes son taxativas en términos de que ésta solo ejerce control funcional sobre las Direcciones Generales de Inteligencia específicas y conjunta.
Aceptando la legalidad del sistema vigente, creemos que es momento de analizar la conveniencia de introducir modificaciones al mismo que redunden en una mayor eficacia del empleo del Instrumento Militar en operaciones.
Por otro lado, y respondiendo también a esta Estrategia de Restricción de Área, resulta vital recuperar la capacidad de producción de nuestra industria militar, integrando los esfuerzos del Estado, los Privados, y las Universidades. En el mundo que vivimos, las grandes potencias que intentan mantener el status quo que las beneficia, limitan los inevitables conflictos en las distintas partes de sus zonas de influencia actuando sobre la capacidad de reposición de medios y tecnología de uso militar. Por eso, es muy importante determinar las capacidades militares mínimas que el país debe desarrollar de forma autónoma o lo más independiente posible.
Para dar un ejemplo, la guerra entre Rusia y Ucrania durará, a nuestro criterio, el tiempo que las potencias proveedoras de medios y tecnología quieran. Cuando dejen de abastecer a Ucrania, la guerra habrá terminado.
Es por ello, que la adquisición de sistemas de armas de nivel estratégico, cuya disponibilidad o no permite o impide el desarrollo de operaciones militares exitosas, no es solo una decisión del nivel táctico que la emplea, o del nivel Estratégico Militar que analiza el potencial de todo el Instrumento Militar y su influencia en la Estrategia Militar determinada, sino fundamentalmente del nivel político, porque su adquisición a determinadas potencias que se encuentran en competencia por el liderazgo mundial puede traer aparejadas consecuencias geopolíticas a nuestro país.
En este sentido hemos analizado distintos proyectos que denominamos ¨Proyectos Estrellas¨, porque su disponibilidad o no impactan fuertemente en términos de lograr capacidades militares, como por ejemplo; Caza Multirol, Submarinos, Blindado a Rueda, estudiando diversas opciones, y considerando todo tipo de variables (tácticas, estratégicas, económicas, políticas, regionales, de posibilidades de producción nacional, tiempos de entrega, offset, servicio post venta, etc.). La nueva administración podrá adoptar una decisión definitiva con elementos de juicio de valor y suficientes.
Anhelamos que esa decisión contemple el hecho irrefutable de que la única porción de nuestro territorio que se encuentra bajo dominio de una potencia militar extra regional, cuya principal alianza militar quedó claramente demostrada durante la guerra de Malvinas, que otorga licencias de pesca y explora recursos hidrocarburíferos que nos pertenecen y representan el más concreto perjuicio a nuestra población, ha demostrado en recientes declaraciones de su Primer Ministro que la cuestión Malvinas, para su Gobierno, es algo que ya está resuelto.
Es fundamental asumir la relación de competitividad en términos de conectividad con Gran Bretaña. La línea Londres-Gibraltar-Ascensión-Santa Helena-Tristán da Cunha-Malvinas-Georgias no es otra cosa que la búsqueda de disponibilidad de infraestructuras que les permita garantizar la conectividad necesaria para su proyección sobre la Antártida y el dominio de la conexión interoceánica.
De la misma forma, la conectividad entre la Argentina Continental-Insular y la Antártica se verá fortalecida con todas las medidas de carácter político, estratégico, operacional, táctico, y fundamentalmente de desarrollo de infraestructuras que venimos desarrollando y que nos permitirán la competencia exitosa en términos de conectividad por el liderazgo del Atlántico Sur.
En este sentido, la reapertura de la Base Conjunta Petrel significa un antes y un después en la proyección de nuestro país sobre el atlántico sur y el continente blanco, al igual que la conformación de la Guarnición Militar Conjunta en la Isla Grande de Tierra del Fuego, con la creación de una Unidad del Ejército en Tolhuin, reforzada con el puente aéreo entre Río Gallegos-Río Grande-Ushuaia con aeronaves de la Fuerza Aérea, la reapertura de la Brigada Aérea X en Río Gallegos, el inicio de la Base Naval integrada en Ushuaia y los radares (Radares Primarios Argentinos) para control aéreo en Río Grande y Trelew, entre otras.
En materia de formación, la actualización del Ciclo de Formación del Oficial de Estado Mayor, garantizando que los Oficiales completen su formación en el nivel táctico en las Escuelas de Guerra Específicas y el Operacional en la Escuela de Guerra Conjunta, cursando la Especialización en Estrategia
Operacional y Planeamiento Militar Conjunto, y posteriormente para los Oficiales Superiores, que van a ocupar los más altos cargos en la conducción de las Fuerzas Armadas, la Maestría en Estrategia Militar destinada a la formación en el nivel Estratégico Militar.
La consolidación del Comando Operacional como organismo encargado de conducir las operaciones en desarrollo en forma directa o a través de sus Comandos dependientes, con los medios requeridos y puestos a disposición por las tres Fuerzas, consolidando el principio que establece el marco jurídico de que ¨Las Fuerzas alistan, adiestran y sostienen y el EMCO a través del Comando Operacional, conduce las operaciones¨. Por ello:
• El Comando Operacional, a través de los Comandos Conjuntos Subordinados conformados por requerimiento al Ejército, conduce las operaciones de vigilancia y control efectivo de nuestro territorio (hoy se lleva a cabo a través de la Operación “María Remedios del Valle” la vigilancia de espacios terrestres de nuestro NEA y NOA), integrando por similitud al espacio aéreo y marítimo la totalidad de los medios disponibles por el instrumento militar y otras agencias, para lograr en forma sinérgica los mejores niveles de eficacia posibles.
• Se creó el Comando Conjunto Marítimo que permitió sistematizar y eficientizar la vigilancia y control de nuestros espacios marítimos en coordinación con la Prefectura Naval Argentina, evitando que se produzcan intrusiones dentro de la milla 200 y preservando en consecuencia nuestros recursos itícolas.
• Se incrementaron los medios disponibles a través del plan de radarización, en el marco del sistema nacional de vigilancia, y control aeroespacial (SINVICA) a cargo del Comando Conjunto Aeroespacial. A los medios incorporados en el NOA, NEA y Litoral, se comenzaron a sumar radares en Trelew y Río Grande, extendiendo la cobertura al Atlántico y Atlántico Sur.
• El Comando Conjunto Antártico conduce anualmente la Campaña Antártica. El desarrollo de un Plan Director Antártico, que refuerce la bicontinentalidad de nuestro país y la conectividad entre la Argentina continental, la insular y la antártica son objetivos establecidos por la DPDN y una política de estado que busca fortalecer nuestra soberanía y proyección sobre el atlántico sur en general y la Antártida en particular.
• El Comando Conjunto de Ciberdefensa se ha consolidado como tal y se cumplimentó el anillo de fibra óptica que permitirá enlazar y proteger de ataques cibernéticos el Ministerio de Defensa y los cuatro Estados Mayores. Vale destacar que la labor efectiva de esta joven organización nos ha permitido rechazar con éxito un intento de hackeo a la base de datos del Estado Mayor Conjunto y enfrentan alrededor de 1000 (MIL) incidentes semanales de diferente tipo.
• Además de lo expresado, el Comando Operacional conduce el despliegue en Operaciones de mantenimiento de la Paz y a través del Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz (CAECOPAZ) alista y adiestra en su etapa final a los contingentes y observadores que prestarán servicio en el marco de la ONU. Entre los años 2020 y 2022 se ha duplicado la presencia en operaciones de mantenimiento de la paz, habiendo pasado de participar en cuatro operaciones a un total de ocho.
• Finalmente, el desarrollo de las elecciones nacionales (PASO, primera vuelta y ballotage) es una actividad que tiene al COPERAL en su rol de Comandante General Electoral y que significan un esfuerzo de planeamiento, conducción y supervisión, al frente de cerca de 90.000 hombres de las FFAA, FFSS y Policiales, y su coordinación interagencial que podríamos decir a esta altura que representan una auténtica ¨marca Fuerzas Armadas¨ por su reconocida eficacia y precisión.
La creación del Instituto de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas nos permite generar los recursos humanos necesarios, altamente capacitados, para desempeñarnos con éxito en este nuevo ámbito donde se llevan a cabo operaciones militares. La realidad de los conflictos en desarrollo en el mundo nos demuestran que esto no se trata de Ciencia Ficción.
Entre los aspectos que deberán ser afrontados por la gestión entrante es oportuno considerar que el alto impacto fiscal que significó el FONDEF, el Blanqueo y el Plan de Equiparación salarial con las Fuerzas de Seguridad no permitieron avanzar en el que debería ser el principal objetivo de la nueva conducción: incrementar progresivamente el % del PBI correspondiente a Defensa hasta alcanzar el 2%. Esto permitirá garantizar la disponibilidad de los recursos necesarios para el funcionamiento de las Fuerzas y el incremento de sus niveles de adiestramiento (horas de vuelo, días de navegación, días de terreno, etc.) y el mejoramiento de las infraestructuras necesarias que permitan evitar distraer recursos del FONDEF.
En materia jurídica, se presentó para su tratamiento por parte del Congreso de la Nación un proyecto de actualización de la Ley para el Personal Militar que fue producto del trabajo entre representantes del Ministerio de Defensa, ex Ministros, de las Comisiones de Defensa, y de los cuatro Estados Mayores. La dinámica de la campaña presidencial impidió que se le diera tratamiento en el Poder Legislativo, pero es deseable que durante el próximo año se dé finalmente el proceso correspondiente y que sean las comisiones de ambas cámaras el ámbito donde las dudas o aspectos que requieran mayor nivel de acuerdo se materialicen, ya que constituye una necesidad imperiosa disponer de una herramienta de tamaña trascendencia que se encontraba desactualizada para la realidad tanto del presente como del futuro del personal militar.
De la misma forma se trabajó y elaboró con el consenso de los Estados Mayores, un proyecto de Ley de Movilización y Reservas, que será presentado a las autoridades de la gestión entrante para que sean considerados por el nivel político y poder avanzar por similitud a la Ley antes descripta en el Congreso. La ecuación estratégica de nuestro país (amplios espacios, efectivos reducidos, sin capacidad de generar reemplazos) afecta la capacidad de disuasión y constituye una materia pendiente desde la sanción de la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas.
Finalmente, se encuentra en desarrollo una propuesta de Reglamentación de la Ley Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), que en base a la experiencia adquirida durante estos primeros años de ejecución, permitirá optimizar los recursos disponibles por esa herramienta fundamental.
La Pandemia de COVID 19 puso de manifiesto la capacidad de las Fuerzas Armadas para afrontar las consecuencias de eventos antrópicos, catástrofes, etc. a gran escala, pero debe entenderse por parte de la política (nacional, provincial y municipal) que dichos apoyos son para situaciones de EMERGENCIAS, habida cuenta de la capacidad de reacción rápida de los medios militares y su capacidad de planeamiento y coordinación interagencial.
Dicha capacidad constituye una respuesta inicial, inmediata y por un período acotado en el tiempo, de forma tal que permita a las instancias pertinentes del estado dar la solución definitiva y favoreciendo el reintegro de las Fuerzas Militares a sus actividades específicas. Las Fuerzas Armadas no pueden asumir en forma permanente funciones y responsabilidades propias de los gobiernos provinciales, municipales u otros organismos.
Los aspectos hasta aquí mencionados constituyeron objetivos concretos que en mayor, o menor medida fueron alcanzados o se encuentran en vías de serlo. Existen otros que por su carácter más relacionado con lo actitudinal, no resultan fácilmente mensurables pero generaron acciones concretas y por lo tanto los hemos denominado como INTANGIBLES.
Uno de los principales valores que se buscó consolidar entre los integrantes de las Fuerzas e irradiarlo hacia toda la sociedad es que los Militares debemos estar por fuera de cualquier división política o grieta. Las Instituciones Armadas son Instituciones de la República, no partidarias. Si en el pasado fuimos un factor de inestabilidad política por la presencia permanente en ese escenario, asumiendo funciones impropias, desde el regreso de la Democracia se ha ido consolidando la idea que las Fuerzas Armadas son garantes de estabilidad institucional y gobernabilidad.
Existe un compromiso formal materializado en el juramento que todos los Soldados efectuamos de respeto y defensa de la Constitución Nacional. Junto con la jura a la fidelidad a la Bandera, constituyen los dos juramentos que efectuamos a lo largo de nuestra carrera y que no son de carácter romántico sino que por el contrario se traduce en hechos prácticos bien concretos: su defensa de ser necesario, hasta perder la vida.
Reconocimiento a los caídos en cumplimiento del deber. Las FFAA reconocieron, reconocen, y reconocerán a TODOS los caídos en el cumplimiento del deber y a sus deudos, desde las invasiones inglesas hasta la actualidad.
Los muertos no pueden ser los responsables ni pagar las consecuencias de las decisiones que los llevaron a dar su vida haciendo lo que juraron hacer. No es posible consentir que sean reconocidos o recordados según las conveniencias partidarias de un momento político.
Los militares no olvidamos a nuestros muertos. Nuestra responsabilidad es valorar su entrega y recordarlos para ejemplo de las generaciones futuras. No reivindicamos ni juzgamos decisiones políticas, solo recordamos a nuestros muertos, con independencia de la causa que los llevó a entregar sus vidas.
Desde el retorno de la democracia y el imperio del estado de derecho, las Fuerzas Armadas respetan en forma irrestricta los fallos judiciales, desde lo institucional y lo individual. Como ciudadanos respetuosos de las instituciones que respetan la autonomía de los poderes autónomos de la República y sujetos de deberes y derechos constitucionales que la Carta Magna nos consagra, como a cualquier habitante de nuestro país.
Esto incluye el respeto de los derechos procesales de todos los integrantes y ex integrantes de nuestras instituciones. Con la derogación del Código de Justicia Militar, no existen para las Fuerzas Armadas fueros ni tribunales diferentes a los de cualquier ciudadano. El código de disciplina es una herramienta exclusivamente para el ámbito de las faltas disciplinarias, no los delitos, que deben ser juzgados como a cualquier ciudadano, respetándose sus derechos y garantías individuales.
Encuestas de prestigiosas consultoras y sociólogos han colocado a las Fuerzas Armadas al tope de las instituciones más prestigiosas de la República. Esto refleja el reconocimiento de nuestra sociedad a un trabajo silencioso y eficaz de todos sus integrantes y durante un tiempo que excede largamente a esta gestión.
Somos los herederos de la generación que formó parte de la epopeya de Malvinas y como tales buscamos capitalizar los errores cometidos por la Estrategia y la escasa Acción Militar Conjunta que caracterizó la campaña, revalorizando el coraje de quienes combatieron y lo dieron todo sin pedir nada a cambio. Son los 649 héroes caídos y aquellos que regresaron, habiendo dado testimonio de entrega, los que nos interpelan e inspiran en la tarea diaria de trabajar por alcanzar el Instrumento Militar que nuestra Patria necesita.
Creemos que se han adoptado medidas concretas que constituyen los cimientos de lo que puede constituir una auténtica política de Estado que nos permita revertir 30 años de desinversión, indiferencia e ideologismo. Entendiendo que pueden producirse y hasta resultan necesarias las correcciones (como en cualquier política), pero deberían evitarse los giros copernicanos o pendulares a los que nos acostumbramos durante décadas y que solo se tradujo en la entropía de la Defensa como sistema.
Nos encontramos enfocados en los valores institucionales que nos iluminan como Militares, independientemente de la Fuerza, jerarquía, especialidad o género de cada integrante y que hemos definido como:
El coraje, que se manifiesta no solo en afrontar el riesgo propio de las operaciones militares, sino el requerido para asesorar con honestidad intelectual y ejercer el mando con firmeza y ecuanimidad. La disciplina, columna vertebral de toda organización armada, que nos ha permitido ser percibidos por nuestra población como Fuerzas confiables, sinónimos de orden, eficacia y vocación de servicio. Y el respeto y defensa irrestrictos de la Constitución Nacional, que nos legitima y compromete ante nuestra sociedad y nos presenta como defensores de la Institucionalidad.
La Defensa como política de Estado es uno de los aspectos esenciales que debe disponer nuestro país para enfrentar los desafíos que presenta el convulsionado mundo que vivimos. Los cimientos de esa política están establecidos, hacemos votos por que quienes nos sucedan continúen su edificación manteniendo lo que está bien, mejorando lo que resulte mejorable y modificando lo que resulte necesario. El proceso será seguramente coronado con resultados que demuestren definitivamente que las FFAA se encuentran transitando un camino de cambio, que ya comenzó.
Por Juan Martín Paleo*
* Teniente General Jefe de Estado Mayor Conjunto
Publicado en www.infobae.com