Señor director:
Leía el pasado domingo el interesante artículo de Jorge Martínez vinculado con las persecutorias iniciativas que, bajo el rótulo de “negacionismo” pretende silenciar y eventualmente penalizar a aquéllos que se apartan de los libretos que cocina el progresismo en cualquiera de sus serpenteantes versiones.
Si bien en este caso del artículo la palabreja se esgrime contra quienes se apartan del dogma vigente en lo referido a los años 70 (tanto en los números de las listas de desaparecidos como en lo referido al accionar de las bandas terroristas y su secuela de víctimas, que no se pueden ni mencionar) lo cierto es que se está convirtiendo en una constante esta práctica infame.
Recordaba dos casos de plena actualidad. Por un lado, el ostracismo y persecución que padeció Reynal Secher al sacar a la luz el genocidio de la Vendee, con una valiente serie de trabajos que desataron las iras del progresismo francés, al ser enfrentado a la evidencia de un episodio repugnante cargado al prontuario de la Revolución de 1789, intocable para tal ideología; por otro lado, el evidente silenciamiento (nuestro país es imposible conseguirlos) de los trabajos del profesor Marcelo Gullo en refutación a la leyenda negra antiespañola, de estricta observancia para nuestra cultura oficial.
La praxis orwelliana es una constante en estos tiempos y, como vemos, no se agota con la guerra de los 70 ni a nuestra patria.
Alejo Andrés Liendo.
DNI 20.536.730
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Publicado en www.laprensa.com.ar