En medio de crecientes tensiones entre las dos principales potencias mundiales, el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva el miércoles que bloqueará y regulará las inversiones tecnológicas de alta tecnología con destino a China desde Estados Unidos. La medida abarca chips informáticos avanzados, microelectrónica, tecnologías de información cuántica e inteligencia artificial.
Funcionarios de alto rango de la administración indicaron que este esfuerzo se origina en objetivos de seguridad nacional, más que en intereses económicos, y que las categorías abarcadas son de alcance limitado. La orden busca limitar la capacidad de China para utilizar inversiones estadounidenses en sus empresas tecnológicas para mejorar su capacidad militar, al tiempo que preserva niveles más amplios de comercio que son vitales para ambas economías.
Estados Unidos y China parecen estar cada vez más inmersos en una competencia geopolítica, a pesar de su profunda relación comercial como las dos economías más grandes del mundo. Los funcionarios de la administración Biden han insistido en que no tienen interés en una “desconexión” de China, sin embargo, Estados Unidos ha limitado la exportación de chips informáticos avanzados, ha buscado limitar inversiones en China y ha mantenido los aranceles ampliados establecidos por el expresidente Donald Trump.
Biden ha sugerido que la economía china está enfrentando dificultades y que sus ambiciones globales se han moderado a medida que Estados Unidos ha revitalizado sus alianzas con Japón, Corea del Sur, Australia y la Unión Europea. La administración consultó con aliados e industria para dar forma a la orden ejecutiva.
“Preocúpense por China, pero no se preocupen por China”, dijo Biden a los donantes en un evento de recaudación de fondos en California en junio.
¿El verdadero objetivo es militar?
Los funcionarios que adelantaron la orden señalaron que China ha aprovechado inversiones estadounidenses para respaldar el desarrollo de armas y modernizar su ejército. Las nuevas limitaciones complementarían los controles de exportación de chips informáticos avanzados anunciados el año pasado. El Departamento del Tesoro, que supervisaría las inversiones, anunciará una propuesta de normativa con definiciones que se ajusten a la orden presidencial y seguirá un proceso de comentarios públicos.
Este tema también es una prioridad bipartidista. En julio, por votación de 91-6, el Senado añadió como enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional requisitos para supervisar y limitar las inversiones en países de interés, incluida China.
Biden ha llamado “dictador” al presidente chino, Xi Jinping, tras el derribo de un globo espía chino que flotó sobre Estados Unidos. El estatus de Taiwán ha sido fuente de tensión, con Biden afirmando que China se ha vuelto coercitiva en relación con su independencia.
La amenaza china
China ha respaldado a Rusia después de su invasión de Ucrania en 2022, aunque Biden ha señalado que la amistad no se ha extendido al envío de armas.
Oficiales estadounidenses han señalado durante mucho tiempo la inminente orden ejecutiva sobre inversiones en China, pero no está claro si los mercados financieros la considerarán un paso gradual o una continuación de la escalada de tensiones en un momento frágil.
“El mensaje que envía al mercado puede ser mucho más decisivo”, dijo Elaine Dezenski, directora senior de la Fundación para la Defensa de las Democracias. “Las empresas estadounidenses y multinacionales ya están reevaluando los riesgos de invertir en China. Las llamadas ‘leyes de seguridad nacional’ y ‘antiespionaje’ de Beijing que limitan la diligencia debida y el cumplimiento corporativo rutinario y necesario ya tenían un efecto escalofriante en la inversión extranjera directa de Estados Unidos. Ese enfriamiento ahora corre el riesgo de convertirse en un congelamiento profundo”.
¿Una economía en apuros?
El sólido crecimiento económico de China ha sufrido un revés al salir de los bloqueos por la pandemia. El miércoles, su Oficina Nacional de Estadísticas informó una disminución del 0,3% en los precios al consumidor en julio en comparación con el año anterior. Este nivel de deflación señala una falta de demanda de los consumidores en China que podría obstaculizar el crecimiento.
Por separado, la inversión extranjera directa en China cayó un 89% en el segundo trimestre de este año en comparación con el año anterior, según datos publicados por la Administración Estatal de Divisas Extranjeras.
Se cree que la mayor parte de la inversión extranjera es aportada por empresas chinas y se disfraza de dinero extranjero para obtener beneficios fiscales y otros incentivos, según investigadores chinos.
Sin embargo, los grupos empresariales extranjeros afirman que las empresas globales también están cambiando sus planes de inversión hacia otras economías.
Las empresas extranjeras han perdido confianza en China debido a controles de seguridad más estrictos y a la falta de acción en promesas de reforma. Las llamadas del presidente Xi y otros líderes a una mayor autarquía económica han dejado a los inversores inquietos acerca de su futuro en la economía dominada por el Estado.
Publicado en escenariomundial.com