Considero que debería ser obligatorio, en favor de la verdad, que los lectores que envían una carta para ser publicada, cuando mencionan haber tenido un familiar o amigo desaparecido durante la guerra sucia iniciada por el terrorismo apátrida en los años 70, informen cual era la actividad de esa persona y que hacía el día anterior a desaparecer.
No estoy de acuerdo con el sistema de las desapariciones. Si bien luego de la experiencia de haber tirado por la borda, el 25 de mayo de 1973 liberando a todos los terroristas, el trabajo consciente y profesional desarrollado por la Cámara Federal en lo Penal, hacía inconveniente poner en prisión a los terroristas dado otro nuevo gobierno podría volver a liberarlos, tendrían que haberse constituido tribunales de guerra y a los sancionados fusilarlos. De esa manera se hubiera evitado las madres de Plaza de Mayo (que se acordaron de sus hijos recién cuando desaparecieron) y las abuelas (que no les enseñaron a sus hijas que no tenían que asesinar a agentes de las fuerzas de seguridad amparadas en su situación de embarazadas).
Ya que hablamos del tema informo que hacían los tres gerentes de Chrysler Argentina, mis compañeros de trabajo, el día anterior a ser asesinados por el terrorismo. Los vi trabajando a metros de mi oficina. Luego, durante un largo período, tuve que ir acompañado por custodia y tener una vida acotada. Pero sabemos que la guerra armada la ganaron las Fuerzas Armadas y de seguridad pero la guerra cultural e ideológica la viene ganando el terrorismo y algunos lectores mentirosos y/o mal informados a los que muchos pueden creerle. Si todos los lectores informaran su dirección de email, como hago yo, les haría la pregunta directamente y molestaría a su diario con mi carta.
Dr. José Brunetta
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Publicado en La Prensa
