República Argentina: 10:09:24pm

Por Walter Martinez*

Cuando uno se pone a pensar en el pasado tiende a dar por hecho que la historia no volverá, pero no siempre es así y en esta nota se trata de explicar.

 Los tiempos han cambiado, la guerra contra el narcotráfico ya es una “hipótesis de conflicto” y apenas ha comenzado. La experiencia en otros países indica que es cuestión de tiempo para que algún elemento militar se involucre en un combate en defensa propia ante un ataque y haya una escalada de “operaciones conjuntas” con fuerzas federales. Las FF. SS podrían estar bajo el control de las FF. AA, pero ocurre que la GNA y la PNA, ya tienen procedimientos con legislación específica propia y durante las operaciones de seguridad, los pensamientos de los jefes de esas fuerzas podrían colisionar con el comando militar que se ajusta a una doctrina militar para casos de guerra. Ejemplo:

 ¿Cómo deberían actuar si un camión militar llegara a ser emboscado por narcos-guerrilleros?

Eso ha ocurrido en Latinoamérica.

¿Podrán hacer uso del derecho a la legítima defensa?

Es muy fácil culparlos luego de “exceso en el cumplimiento del deber”. Al ser militares con otra formación, cuando haya un tiroteo, no se detendrán mucho en pensar en el Código Penal.  Son guerreros, han sido educados para el combate y su reacción es lógica en cualquier soldado de este planeta. Al no estar resguardados por un necesario marco jurídico. No sería raro que un Juez Federal los siente en el “banquillo” de los acusados por cumplir órdenes necesarias, pero “ilegales”. Es decir, las cuestiones estrictamente militares se terminan debatiendo en juzgados civiles donde nadie entiende que significa empeñar tropas en un combate. Es básico saber quién tendrá el control operacional y si será repuesto el Código de Justicia militar, para que sean los militares los que juzguen a su gente. El tema no es nuevo y varias voces autorizadas advirtieron ese inconveniente.

Ser juzgado por el Código Penal; “horroriza” a los militares porque no contempla acciones de guerra.

Leyes adecuadas

La amenaza más latente que existe son los grupos terroristas y el andamiaje jurídico argentino restringe el capital operativo para ese tipo de amenaza. Por eso se ha creado el Ministerio de Seguridad Nacional, para coordinar el accionar de Fuerzas de Seguridad y de las Fuerzas Armadas en materia de Seguridad Interior de posibles ataques terroristas. Si no existe un marco legal serio sin influencias ideológicas dañinas, el error implicará indemnizaciones, juicios y prisión a miliares que cumplieron órdenes. En la historia argentina, hay sobrados ejemplos y por desagradables experiencias, los militares tratarían de evitar ese tipo de combate atípico. A ello se agrega qué, las tareas policiales no les gustan, no tienen el equipamiento necesario, tampoco están preparados, desconocen todas las modalidades delictivas y pueden ser engañados. La frontera norte es una madeja de traficantes de drogas, tratantes de personas, inmigrantes ilegales, contrabandistas, espías internacionales, prófugos peligrosos, terroristas del Hezbollah, ISIS y otros. Es fácil entender que los militares no son idóneos para su captura. Pero por más que se promulguen una legislación adecuada que los cubra, el riesgo que comentan equivocaciones y/o se corrompan en la nueva lucha contra las drogas es considerable. Las organizaciones criminales tienen infinita capacidad económica para seducir, los militares tienen muy bajos sueldos y al no tener experiencia podrían ser contaminados rápidamente. Ahora bien, cualquier militar con memoria puede decir: “A esta película ya la vi y conozco el final”. No hace falta ser psicólogo para saber cómo reaccionarían si reciben la orden de combatir a un grupo narco guerrillero. Se puede revertir el daño, pero se necesitará tiempo y dinero y ninguna de esas cosas hay. La guerra contra el narcotráfico es algo muy serio y para pelear por el terruño hace falta estar muy motivado. Es decir, contar el afecto del poder político y de la población. Asimismo, hay que agregar por décadas desde el propio Estado sufrieron distintas humillaciones que afectaron su moral y carecen de un adecuado presupuesto, es decir no están en su mejor momento.

¿Qué pasaría con nuestros muchachos si llegaran verse cara a cara con el enemigo? ¿Después de tantas humillaciones, tendrán la “moral de combate” necesaria?

“Guerra civil revolucionaria” y la “Guerra narco”

En la América latina, el narcoterrorismo suele ser el soporte de la “guerra civil revolucionaria”. Ambos son conceptos muy distintos y cuando han tomado territorios aplicar el Código Penal para reprimirlas, siempre termina en un desastre. Es decir, sin un marco legal de una Ley adecuada que permita la ejecución de misiones militares, todo el esfuerzo fracasará.

Los bajos sueldos y la corrupción

El ejército de México, tenía un grupo de “tiradores selectos” (Sniper) muy bien entrenados que se pasaron al bando narco, porque la paga era mucho más que en el Estado. “Las policías de América Latina, en general, se han caracterizado por una infinita corrupción y debilidad para enfrentar al narcotráfico y no dejar que penetrara en las instituciones”. Marcos González Díaz. Corresponsal de la BBC News en México.

Los pasos fronterizos

Tal vez lo más necesario, es que unidades de ingenieros del Ejército destruyan pasos no habilitados de la frontera por donde ingresa el narcotráfico y extranjeros indeseables. En los casi 9700 Km de límite terrestre, se calcula que deben existir unos 840 pasos clandestinos, que son sendas casi invisibles, que por la complejidad topográfica no pueden ser controlados eficazmente. Algunos como en la Cordillera de los Andes, eran usados por habitantes ancestrales, ni siquiera figuran en las cartas topográficas y de su existencia sólo unos pocos pueden dar testimonio. Es decir, del total tal vez un 10 % no se sabría su ubicación. En la Argentina habría unas 1500 pistas clandestinas donde aterrizan aviones con drogas y por año son detectados unos 400 vuelos narcos que no pueden ser interceptados. En Colombia con explosivos y topadoras esas pistas son destruidas y aquí habría una nueva misión de apoyo para el Ejército. Necesariamente para ello se necesita una ley que contemple lo expresado.

Riesgo operacional

La frontera con otro país no es lo mismo que el límite entre dos provincias y no se necesita mucho esfuerzo para crear un problema internacional. Por razones de “buena vecindad” entre países, ni siquiera fracciones menores del Ejército tendrían que estar en las fronteras, no es lo mismo que un soldado en un tiroteo (fortuito) mate un contrabandista que lo haga un gendarme; la repercusión diplomática en el primer caso será muy distinta.

Experiencia en otros países

Argentina en forma muy restringida con grupos de elite y con una adecuada legislación, podrían participar las FF AA. Para ello unidades exclusivas deberán capacitarse pues han sido formados para otro tipo de conflictos y su mentalidad es muy diferente. Colombia no emplea masivamente fuerzas militares sin un entrenamiento previo adecuado al combate del narcotráfico, ello fue clave para forzar a las FARC a firmar la paz. El Ejército del Perú también se sumó a esa idea con el denominado “Batallón Contraterrorista 312”. Hay otros casos. Es decir, unidades pequeñas altamente especializadas para un combate atípico. Esta podría ser la solución si las fuerzas de seguridad estuvieran en serias dificultades. Pero hay que tener presente que, en casi todos los países, la guerra contra antinarcóticos ha fallado por años y a su vez, ha sido perjudicial para los propios militares. Su inexperiencia en temas policiales, eleva la corrupción entre sus miembros. El combate dura años y en ese lapso, los miliares se agotan y sobrevine la desmoralización entre sus cuadros. La defensa nacional contra otra nación deja de tener vigencia y el país se debilita. Por ello los EE. UU no tiene tropas afectadas contra el narcotráfico.

La GNA primera línea de defensa. 

La Gendarmería Nacional, es la primera línea de combate contra el narcotráfico, con idoneidad y con leyes a su favor puede luchar en terrenos hostiles (selvas, desiertos y montañas, a veces en operaciones con clara connotación militar. Es lógico que sea así, porque los gendarmes son los “amos de la frontera” y se mueven en terrenos agrestes sin necesidad de sendas, mapas, brújulas o GPS mucho mejor que en una gran ciudad, pero ocasionalmente vemos a estos consumados especialistas patrullando ciudades alejadas de la frontera. Al igual que el ejército, no son exactamente idóneos para operar en grandes urbes y les desagrada porque no es su medio ambiente natural.

LA SOLUCIÓN

Capacitación, equipamiento, presupuesto más inteligencia

Independiente del cambio jurídico, para la lucha contra el narcotráfico las FF AA, necesitarán: 1) Una capacitación concreta de aquellos efectivos seleccionados para ser empleados, 2) Un equipamiento adecuado, 3) Un presupuesto suficiente. 4) Un servicio de “inteligencia que sea específico, unificado y permanente para esa misión”. Nada de ello sería eficaz si no se dispone de ese componente independiente, pues para las redes transnacionales del delito las fronteras no son un obstáculo, poseen suficiente capacidad financiera para corromper y si los comandos no están anticipadamente informados la organización, de nada valdrá.

CONCLUSIÓN

La seguridad nacional no es de izquierda ni de derecha, si no se sabe diferenciar cuales son los problemas, difícilmente se pueda dar con la justa solución. Cualquiera sea la medida que se elija con aprobación del Congreso, demandará al menos 20 años para que se perfeccione. Se necesitará mucho tiempo para ganar una guerra que recién empieza. Precisamos de una lógica “hipótesis de conflicto” que imagine futuras complicaciones bélicas y leyes adecuadas para no terminar como México o Colombia.

“La Defensa Nacional y la Seguridad, constituyen piezas de un partido de ajedrez político, pero no es para amateurs y no hay que equivocarse al mover las fichas. Así como muchos admiran al “Zorro” Julio A. Roca por haber conquistado la Patagonia, esperemos que nuestros nietos nos agradezcan las medidas tomadas"

* Comandante (R) GNA. Autor del libro Manual de Supervivencia , edición XVI recomendado por el BGNA 1851

 


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