Basando su información en datos suministrados por oficiales superiores recientemente pasados a retiro, el semanario Perfil advierte en su edición de este domingo (05-feb-2012) que como consecuencia de total inactividad a que está sometida la aviación militar argentina, se fraguan las horas de vuelo de los pilotos para permitirles mantener su aptitud operativa o encontrar trabajo en la aviación comercial.
La información va acompañada de deprimentes ilustraciones sobre el estado virtual de abandono de las unidades de combate. Sostiene que son apenas ocho los aviadores “que pueden volar un Pucará” y que “todos están con licencias vencidas”.
Ubica en cuatro de 30 el número de aviones Mirage en condiciones de volar aunque con severas limitaciones y tan solo un 20% el número total de aeronaves de la aviación militar que están operativas.
También hace hincapié en el ya conocido éxodo de aviadores militares hacia la actividad privada en función de que un piloto que pasa a una línea comercial pasa a cobrar un salario tres veces superior al que percibe vistiendo un uniforme y quedándose en tierra ya que no puede volar.
Plantea por otra parte un severo llamado de atención con respecto a los aviones Hércules ya que por falta de presupuesto, sostiene, sus tripulaciones –al no haber simuladores de vuelo para este tipo de avión en el país- no pueden continuar con sus viajes al exterior para las actualizaciones respectivas.
Todas estas instancias determinaron que las autoridades miraran por otro lado a la hora de certificar en forma “trucha” horas de pilotos que nunca hicieron y que ponen en riesgo, para el caso de estar en algún momento en el aire, su propia vida y las de terceros.