República Argentina: 10:04:48am

Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar

Todos estamos preocupados por la violencia narco y los muertos del narcoterrorismo de Rosario. Hace 52 años, el 10 de abril de 1972, en la primera alianza terrorista el (Ejército Revolucionario del Pueblo) y las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) asesinaban dos muertos simultáneos en Rosario, ERP y un tercero de enorme importancia en Buenos Aires.

Las dos primeras asesinaban al general Juan Carlos Sánchez, y a la kiosquera Dora Cucco de Ayala (daño “colateral” para los terroristas), y en Buenos Aires, el ERP asesinaba a su secuestrado y cautivo, el señor Oberdan Sallustro, director ejecutivo de la Fiat; tres en un día. Los terroristas que participaron de esos hechos fueron juzgados por la Cámara Federal en lo Penal de la Nación, conforme a derecho. No había “desaparecidos”, porque un tribunal con jueces valientes ponía su propio pellejo para aplicar la ley. Después vino Cámpora, y el 25 de mayo de 1973 disolvió el tribunal, liberó a casi dos mil terroristas y reblandeció varias leyes penales para esos delitos que atentaban contra la Nación. Ese fue el principio de los desaparecidos. “Cuanto peor, mejor”, decían los terroristas de esa época, mientras cuestionaban que ese tribunal tuviera jurisdicción en todo el país, que le había otorgado la ley. ¡Había respeto por la Constitución en la aplicación de la ley penal! Pero Cámpora tiró a la basura todo este trabajo hecho conforme a ley, sabiendo que los ataques de los guerrilleros iban a ser combatidos por orden de Perón, por otros que los enfrentaban y mataban; como dice públicamente Julio Bárbaro en declaraciones veraces y poco difundidas. Después vendrán el secuestro del secretario Carlos Bianco, el asesinato del juez Jorge Quiroga y los atentados mortales contra los jueces Munilla Lacasa y Malbrán (todos del mismo tribunal), que se salvaron por milagro. Los que hemos perdido a nuestros padres asesinados por esa guerrilla terrorista sabemos lo que fue aquello, y también que el drama de Rosario es reversible si existe apoyo político suficiente, y todos los políticos son consecuentes con la persecución de los terroristas modernos, sustentados por las fortunas del narcotráfico.

José María Sacheri

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