República Argentina: 7:57:11pm

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La presidenta Dilma Rousseff llamó al que fue canciller del ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, Celso Amorím (foto) un defensor de la integración sudamericana, para asumir el ministerio de Defensa de Brasil, cuyos ambiciosos planes de modernización están paralizados, de acuerdo a un despacho noticioso de la agencia informativa estatal francesa AFP, distribuido este viernes (5 jul 2011) a sus abonados en todo el mundo.

Nelson Jobim, nombrado por Lula en 2007 para estructurar el ministerio de Defensa, tuvo que dimitir en la noche de ayer después de que se hicieran públicas sus declaraciones críticas a dos principales ministras del gobierno, convirtiéndose en el tercer ministro que pierde el cargo en dos meses.

El nombramiento de Celso Amorim como su sucesor fue sorprendente, interpretó AFP.

"Se abren dudas sobre cómo ese nombramiento de Amorim será recibido por los militares, ya que Amorim quedó marcado por defender al gobierno de (Hugo Chávez en) Venezuela y acercarse a Irán", dijo a la AFP el analista Nelson During, responsable del sitio especializado Defensanet.

 

 Considerado en 2009 por la revista Foreign Policy como el mejor canciller del mundo, Amorim fue el fiel ministro de Exteriores de Lula en sus ocho años de gobierno (2003-2010), artífice de una política en defensa de los países en desarrollo frente a Estados Unidos y Europa y favorable a la integración suramericana, que es un área en la que la cooperación militar crece.

Brasil "tiene las mayores Fuerzas Armadas de la región; el que más se aproxima en estructura es Chile, en escala menor, y también creció Venezuela, especialmente con la compra de cazas y blindados. Pero, en promedio, la actividad militar en la región es muy modesta", incluso con las compras de los últimos años que no llegaron a cubrir una falta de inversión de décadas, dijo During.

Prestigioso diplomático, nacido en 1942, y defensor de un puesto permanente para Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU, Amorim asume una cartera que ganó peso en el gobierno de Lula, porque este lanzó un ambicioso plan para impulsar la industria brasileña de Defensa y millonarias compras de equipos para modernizar las Fuerzas Armadas.

Un programa que su heredera política y ex guerrillera Rousseff, que asumió el 1 de enero, suspendió para permitir un millonario corte de gastos públicos que afectó principalmente a la cartera de Defensa. Quedó postergada, entre otros, la compra de aviones supersónicos por la que compiten Estados Unidos, Francia y Suecia valorada en unos 6.000 millones de dólares.

Pese a tener sus más y sus menos con los militares, que lo enfrentaron cuando aprobó crear una Comisión de la Verdad para investigar los crímenes de la dictadura, Lula rescató incluso el viejo proyecto brasileño de tener un submarino nuclear, que el país debe comenzar a construir en 2016 y concluir en 2021.

"Con la crisis económica que se anticipa en la escena internacional, es difícil pensar que el gobierno invertirá mucho para equipar a las Fuerzas Armadas", dijo a la AFP el analista de MCM consultores, Ricardo Ribeiro.

Jobim ha sido el tercer ministro que abandona el gobierno de Rousseff. En junio, dimitió el jefe de Gabinete Antonio Palocci, acosado por denuncias de rápido enriquecimiento. En julio, renunció el titular de Transportes, Alfredo Nascimento, tras denuncias de corrupción en esa cartera.

En un momento difícil para la economía mundial y de tensiones políticas entre el Congreso y el gobierno en Brasil, "la salida de un nuevo ministro da una señal de cierto desequilibrio en el Ejecutivo, pero también puede verse como un esfuerzo de Rousseff, que heredó la mayoría de ministros de Lula, por obtener un Ejecutivo más a su imagen", concluyó Ribeiro.

 


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