“Cuarenta y tantos policías que regresaban de cumplir funciones adicionales en un partido de fútbol en el estadio del Club Rosario Central, alejados de cualquier especulación de participar en operativo antiterrorista o similar, son blanco de un atentado montonero. Al pasar el móvil policial, estalla una bomba de las denominadas "vietnamitas" (como la que el terrorista Salgado usara en julio de ese año en el comedor de la Superintendencia de Seguridad federal, y que le fuera entregada en mano por Rodolfo Walsh), que los asesinos habían ubicado en el interior de un vehículo Citroen. Fue detonada a distancia, por orden impartida por Fernando Vaca Narvaja (nombre de guerra "Vasco"), desde un lugar cercano. Al actual candidato a diputado nacional por el kirchnerismo Jorge Obeid (nombre de guerra "Comandante Cebollita) es sindicado como el armador de la bomba que detonó ese día. (lista de candidatos a diputados nacionales que comparte con Josefina González, nieta de Ruth González, miembro del "ERP" y una de las sindicadas como asesina del Coronel Larrabure, y Jorge Seminara, miembro de "Montoneros").
“La bomba mata a 9 uniformados. Eran policías muy jóvenes, de origen humilde, algunos padres de familias, con poca antigüedad en la fuerza y que venían de hacer unas "horas extras" para poder llevar unos pesos a sus hogares. También mueren dos civiles -un matrimonio- que pasaba por el lugar. TODA gente inocente que regó con su sangre nuestra ciudad. A esos muertos jamás los Organismos de Derechos Humanos les rendirán homenaje. Ellos deben esconder la Historia, con la Memoria que olvida. Pero no puede cambiarse lo que pasó, y la Historia les grita en la cara: ¡Asesinos!.
“Ese día asesinaron al agente Edgardo Jorge Ferri, al agente Juan Domingo Matiasevich, casado, padre de dos hijos, uno de tres años y otro de 8 meses, al agente Domingo Hipólito Alfonso, casado, tres hijos, de 5 y 4 años, al agente Andrés Alberto Acosta, casado, con un hijo de cuatro años y otro de dos, al agente Carlos González, casado, con una hija de ocho meses, al agente José Luis Boggino, casado, con un hijo de un año de edad, al agente Hugo Alberto Pellegrina, soltero, al agente José María Gutiérrez, casado, con tres hijos de 5, 3 años y cuatro meses, y al agente Darío Héctor Pietrani. Mataron también ese día a Oscar Walter Ledesma, de 56 años, casado, fotógrafo social y a su esposa Irene Ángela Dib, de 42 años. Ellos paseaban tranquilamente esa noche por su barrio. Y el mismo odio que ayer los mató en la esquina de su Rosario natal, hoy les declara la guerra del Olvido que, curiosamente, el gobierno llama Memoria. La hija de ellos, Andrea Fabiana Ledesma, por entonces de 14 años, sufrió heridas graves. Pero se salvó, y con ella sobrevivió la Memoria. Fabiana y Carlos Alberto Galeazzo (también heridos aquella tarde, mientras reparaban su moto en la vereda)