En primer lugar, tal cual lo admitieron calificadas fuentes castrenses a TIEMPO MILITAR, el declamado aumento anunciado por la Presidenta en la Cena de Camaradería, nunca existió.
Ahora, al momento de empezar a trabajar con las directivas impartidas en el decreto presidencial de blanqueo de haberes a partir de agosto, con la supresión de atractivos suplementos para los activos (en particular el de vivienda) que no pasaban por la trilladora de Ganancias, los responsables de las contadurías de las fuerzas alertaron a sus superiores sobre el problema que se venía encima.
La preocupación llegó de inmediato al Jefe del Estado Mayor Conjunto quien, lápiz en mano, comprobó que en su caso particular se iba a ir a casa con no menos de siete mil pesos menos (se asegura que hasta podrían ser 10.000).
El revuelo fue mayúsculo y de acuerdo a lo que se pudo saber la intención, especie todavía no confirmada, fue parar por el momento “todo” a la espera de una nueva ecuación.
En los últimos días la red internet –entre ellas el correo de TIEMPO MILITAR – fue un reguero de versiones a medida que iban filtrándose trascendidos, pero una vez más hasta el momento de enviar este despacho, no había nada en concreto y no se descartaba que, una vez más, y frente al tremendo desaguisado producido, los sueldos queden como están, al menos en la liquidación de agosto.