En teoría el supuesto incremento (cuyo monto nunca se supo) debería regir a partir del primero de julio. Pero nada pasó. Ahora el radiograma de marras da cuenta de que todo comenzará a regir el primero de agosto. Habrá que ver.
Lo insólito del caso es que una información de tal naturaleza, por la delicadeza y sensibilidad que genera en una comunicad que sufre castigo tras castigo, merecería no la vía del rumor o el supuesto trascendido sino una comunicación clara, fehaciente, de lo que se va a hacer.
La realidad es que nadie, en la jefatura de los comandos, sabe realmente que es lo que se va a hacer. Peor aún, de lo que realmente se quiere o se puede hacer.
Agosto, entonces, será un mes muy duro, cargado de contradicciones, en donde será necesario no solo el concurso de un abogado sino también de un contador a la hora de comprobar los recibos de pago. Nunca se había soportado semejante manoseo.
TIEMPO MILITAR también da cuenta de las presiones que, desde el Estado, se ejerce sobre los magistrados que fallan a favor de militares como así también la severa crítica al retiro de una placa en homenaje al asesinado juez Jorge Quiroga.
Entre otras notas puntuales se comenta también el caso de aviadores militares y de FF.SS. Veteranos de Malvinas presos sin cargos formales en su contra en función de supuestos dichos de testigos que nunca estuvieron presentes en los cargos que imputan. El relato de la verdad ocurrida en el penal de Rawson, en 1972, también incluye la presente edición.
TIEMPO MILITAR recuerda una vez más a sus lectores que la batalla por la dignidad de la familia militar debe darse en todos los frentes, y uno de ellos en el de preservar los auténticos canales de comunicación para expresarse. Basta exigir a su quiosco que le reserve el ejemplar. Si le responde que no lo tiene o no lo conoce, puede requerirlo ese profesional, en Capital Federal y Gran Buenos Aires a la distribuidora Distri Red, teléfono 4302-0022 y en el interior del país a la Distribuidora Austral de Publicaciones teléfono (011) 4-301 0701
Se recuerda que POR DISPOSICIONES LEGALES, TIEMPO MILITAR NO PUEDE SER VENDIDO DIRECTAMENTE a sus adquirientes sino que necesariamente, al estar regulada la actividad, debe pasar por la cadena de distribución-
