República Argentina: 5:15:11pm

El gobierno de Venezuela dijo esta semana que había puesto en marcha una amplia movilización militar y había comenzado a entrenar a civiles para el combate, decisión que presentó como medidas defensivas frente a lo que calificó de amenaza creciente por parte de Estados Unidos.

Las disposiciones se producen en un momento en que Washington ha intensificado las operaciones militares en el Caribe, en las que ha matado a docenas de personas en una campaña que, según las autoridades estadounidenses, está dirigida contra las redes de narcotraficantes. Pero los funcionarios estadounidenses, en privado, han dicho que el objetivo final es destituir al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Maduro y algunos mandos militares de alto rango dijeron esta semana que habían activado nuevas zonas de defensa en todo el país y les pidieron a los civiles que se unieran a lo que describieron como un esfuerzo patriótico para proteger a la nación.

Durante días, las autoridades venezolanas han estado advirtiendo a la población. El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, les dijo esta semana a los venezolanos que se prepararan “para lo peor”, y aludió a lo que calificó de “amenaza seria” planteada por el presidente Trump, quien ha declarado ante el Congreso que Estados Unidos mantiene un “conflicto armado” formal con ciertos cárteles de la droga.

La televisión estatal venezolana emite desde hace tiempo imágenes de hombres y mujeres que se arrastran por el barro con fusiles, que cruzan ríos con cuerdas y apuntan con sus armas bajo la instrucción de soldados. Pero recientemente también ha mostrado simulacros de evacuación, así como secuencias de militares que trasladan armas y documentos fuera de las bases.

“Ahora están haciendo cosas que realmente serían relevantes en caso de que Estados Unidos interviniera”, dijo Andrei Serbin Pont, presidente del grupo de investigación latinoamericano CRIES, quien lleva 10 años estudiando los asuntos militares venezolanos.

Las autoridades venezolanas, citando las luchas del ejército estadounidense en Vietnam y Afganistán, han intentado presentar un frente fuerte afirmando que varios millones de combatientes están preparados para defender el país.

Pero los expertos afirman que esa cifra es inverosímil y que el discurso del gobierno sobre la protección de la patria puede tener más que ver con la obtención de apoyo entre los ciudadanos que con otra cosa, ya que el ejército de Venezuela no está a la altura del de Estados Unidos.

El gobierno ha reclutado milicianos principalmente de grupos leales o alineados con el gobierno. Muchos de los alistados están vinculados al partido socialista gobernante, a juntas vecinales y a redes de distribución de alimentos, dijeron los expertos.

“No estamos aquí en son de juegos”, dijo Padrino López en declaraciones televisadas. “Nos estamos preparando”.

Aunque Venezuela cuenta con importantes fuerzas militares y sistemas de armamento, dijo Serbin Pont, gran parte de su equipamiento se diseñó para gestionar la inestabilidad interna o los conflictos regionales, más que para defenderse de un ataque a gran escala del mayor ejército del hemisferio.

“Se trata de sistemas de armamento que nunca estuvieron realmente destinados a detener la intervención estadounidense”, añadió. “No se pueden resistir al poder militar convencional estadounidense”.

En la ciudad de La Guaira, al norte de Venezuela, el ministro de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, presidió el jueves la juramentación de lo que los funcionarios llamaron una “milicia campesina” para “defender la patria”.

“Quien crea que esta es una situación que se resuelve lanzando dos bombas y ya se rindieron, no nos conoce”, dijo. “No tiene ni la menor idea de qué está hecho el pueblo de Venezuela”.

Pero los expertos afirman que solo es probable que una pequeña fracción de la población se movilice en caso de intervención estadounidense.

“Hay gente que podría recibirla con los brazos abiertos”, dijo Serbin Pont. “Y luego mucha gente que simplemente dice: ‘¿Sabes qué? Mientras pueda ir a trabajar mañana o pueda poner pan en la mesa, no me importa’”.

Genevieve Glatsky es una reportera del Times radicada en Bogotá.