República Argentina: 12:01:12pm

Hoy, a casi tres meses de la infame detención del gendarme Nahuel Gallo en la Venezuela del dictador Nicolás Maduro, por el mero hecho de ser argentino, son pocas las voces que se alzan en defensa de sus derechos. Ni de parte de los actuales responsables gubernamentales ni de aquellos que en su momento blandieron la falsa bandera de Santiago Maldonado, víctima no solo de su accionar temerario, sino también y posteriormente de una ideología que buscó utilizarlo políticamente. Aunque resulte obvio, hay que recordar que una función esencial de cualquier Estado democrático es velar por la vida de sus ciudadanos, sea donde sea el lugar donde se encuentren. No nos olvidemos de Nahuel. 

Gustavo Saad

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