Con fundadas pruebas, Ceferino Reato señala en su libro Masacre en el comedor, a Rodolfo Walsh como el autor intelectual de ese aberrante y sangriento hecho. Frente a tan contundentes pruebas, resulta aberrante que aún se designe a una estación de subterráneos de la línea E con el nombre del citado autor intelectual. Urge, y sería coherente con la reapertura de la causa, la modificación del nombre de la referida estación de subterráneos.
Juan Pablo Chevallier-Boutell
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