Ninguno de los 43 tripulantes del guardacostas Prefecto Fique estaba en el buque el 21 de noviembre pasado a la tarde cuando un joven, de 19 años, abordó la nave. Así quedó registrado en las cámaras de seguridad de la terminal portuaria de Ingeniero White que grabaron el recorrido del muchacho desde el acceso hasta el guardacostas.
Las cámaras grabaron el recorrido de 300 metros realizado por el muchacho, cuyo cuerpo fue encontrado en las últimas horas dentro de una bodega del mencionado guardacostas. A partir de la revisión de las imágenes, los investigadores comprobaron que el joven, de 19 años, recorrió en solitario el trayecto desde que ingresó en la terminal portuaria de Ingeniero White.
De acuerdo con los registros de las cámaras de seguridad, mientras se adentraba en el muelle, el muchacho, que fue identificado, se detenía para observar otros barcos. Hasta que, finalmente abordó el guardacostas Prefecto Fique que estaba en su puerto de amarre habitual.
Nadie impidió que el solitario visitante abordara el buque. Aunque se trata de una nave que posee armamento, según se informó oficialmente, no había personal de guardia ni de control de averías. El intruso abordó el guardacostas con tranquilidad debido a que nadie lo detuvo porque la nave había quedado desierta. El informe de la Auditoría de la Prefectura, de 2022, sobre el Servicio de Guardacostas señaló que el buque cuenta con 43 tripulantes. Ninguno estaba en la nave en el momento que el muchacho logró acceder.
Según fuentes de la investigación, los dispositivos de seguridad del puerto no registraron la presencia de ningún efectivo de la fuerza federal de seguridad en el buque en el momento en que el extraño abordó la nave.
El cuerpo del muchacho, de profesión peluquero y con domicilio en Bahía Blanca fue hallado ayer en el cofre en el que se guardan los equipos dentro del bote semirrígido. La puerta de dicho depósito solo se abre desde afuera.
Por este motivo los investigadores de la fiscalía federal de Bahía Blanca, a cargo de Santiago Ulpiano Martínez comenzaron a realizar una serie de peritajes para tratar de establecer cómo ingresó en ese espacio confinado, o si alguno de los integrantes de la tripulación ocultó el cuerpo en ese lugar.
Para saber si el muchacho, fue víctima de un homicidio o si se trató de un deceso vinculado con otras circunstancias, los responsables del Ministerio Público esperaban los resultados de la autopsia y el peritaje criminalístico en la escena de la muerte.
El fiscal dispuso que los detectives de la Policía Federal se hicieran cargo de la investigación debido a que, eventualmente, podrían estar involucrados en el caso algunos de los integrantes de la tripulación de la Prefectura.
El cuerpo fue descubierto seis días después que el joven fue grabado por las cámaras de seguridad del puerto cuando abordaba el buque. Nadie explicó hasta el momento cómo fue que la presencia del cadáver no fue advertida con anterioridad.
Según fuentes judiciales, el cuerpo fue descubierto durante una inspección que se realizó ante la inminencia de zarpar. Al revisar el bote semirrígido y constatar si contaba con todo el equipamiento de seguridad en condiciones, uno de los efectivos de la Prefectura percibió el fuerte olor que provenía de la bodega de la embarcación.
Si bien los investigadores judiciales comprobaron la identidad del fallecido, todavía no se pudo establecer si se trató de una muerte violenta. Por este motivo, los responsables de la fiscalía esperaban los resultados de la autopsia. No obstante, el representante del Ministerio Público ordenó avanzar con los peritajes criminalísticos.
No pasó inadvertido para los investigadores el hecho que la familia del joven fallecido no radicó una denuncia por averiguación de paradero o lo echara de menos. Fuentes de la investigación indicaron que el muchacho y sus familiares directos no tenían una comunicación fluída por los problemas psiquiátricos del joven que fue encontrado sin vida en la embarcación de la Prefectura.
El escenario donde se encontró el cuerpo es uno de los guardacostas de alta mar de la clase Halcón, que fueron incorporados a la Prefectura poco después de la guerra en las Islas Malvinas.
El puerto de Ingeniero White es el atracadero habitual del guardacostas Fique, que se distingue con la matrícula GC-27. Se trata de una embarcación gemela a los guardacostas Mantilla, Azopardo, Thompson y Prefecto Derbes.
Es una importante embarcación, utilizada en el control de la Zona Económica Exclusiva, que puede alcanzar una velocidad de 20 nudos en persecución de pesqueros que operan en forma ilegal. Puede navegar con una autonomía de 5000 millas náuticas y cuenta con armamento importante para imponer la presencia policial en alta mar, un cañón Oerlikon de 20mm y posiciones para ametralladoras pesadas calibre 12.7, armas ubicadas en la cubierta que se extiende en una eslora de 67 metros, con 10,8 metros de manga.