República Argentina: 12:23:55pm

El hecho choca escandalosamente con las actitudes del gobierno nacional, que no determina seriamente el orden de prioridades a la hora de asignar los gastos del Estado. El traslado de efectivos militares en servicio se ve que no es algo que preocupe a las autoridades correspondientes. Mañana esas vidas pasarán al olvido y todo seguirá igual. Días pasados nos enteramos de que el candidato oficial a la presidencia y ministro utiliza una flota de autos de alta gama por la que se abonan más de 15 millones de pesos por mes para su uso exclusivo en la campaña proselitista. La presidenta de la empresa AySA dispuso alegremente la compra innecesaria de 620 camionetas a un costo de más de 25 millones de dólares y sin licitación. Quizás pretendan trasladar el agua por las calles de Buenos Aires. Vaya uno a saber. Los gastos del Senado y la Cámara de Diputados ya no sorprenden a nadie por los montos exorbitantes para funciones mínimas o inexistentes. Y las compras de alimentos de altísima calidad para la Casa Rosada y Olivos asombran por los abultados montos abonados. Sería un absurdo hacer un análisis pormenorizado de los gastos superfluos que realiza este gobierno en bulliciosa retirada. Lo ocurrido con el camión militar en el sur argentino es otra vergüenza más que se suma al listado interminable de dispendio de dinero por parte de los actuales funcionarios y autoridades.

En un humilde homenaje a la joven soldado Guadalupe Canuillan, víctima mortal de ese trágico accidente, citaré una frase suya, quien con una fuerte vocación dedicaba su vida al servicio militar: “No todas queremos ser princesas”.

Carlos González Fernández

DNI 8.586.133”

Publicado en La Nación

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