La crisis ucraniana una vez más ha demostrado de un modo evidente la política «de los estándares dobles» de una parte del mundo occidental. Los guerreros del «Sector de la Derecha» y de las organizaciones profascistas, que destruían y ocupaban los edificios gubernamentales, quemaban a las personas vivas, disparaban a los milicianos y los ciudadanos, en un minuto se han convertido en el Oeste en «los luchadores por libertad y la democracia» y el soporte del nuevo régimen. Al mismo tiempo los ciudadanos de las regiones del sudeste de Ucrania, que han manifestado en los referéndums regionales el deseo de vivir y trabajar independientemente, sin directivas por parte de Kiev, eran declarados los nuevos poderes y son reconocidos el Occidente por los separatistas y los terroristas. Bajo pretexto de la operación antiterrorista contra ellos era emprendida la expedición punitiva de escala con la aplicación de la aviación de combate, la técnica blindada y la artillería. Tomando en cuenta el espíritu y la moral baja y la falta de deseo del ejército gubernamental de combatir contra el pueblo, la base del cuerpo expedicionario dirigido al Este, han compuesto las unidades de la guardia nacional y los representantes del «Sector de la Derecha». Estos «los portadores de la democracia» con la cruz gamada sobre las mangas temen de entrar, como regla, en los choques armados y prefieren usar los lanzaminas y las lanzacohetes «GRAD» contra las barriadas. El resultado es que perecen centenares de civiles, niños, mujeres, ancianos; son miles los heridos y mutilados; se convierten en ruinas las localidades, las escuela y los hospitales; se dañan la infraestructura, los sistemas de provisiòn del agua- y el suministro de energía eléctrica. El número de los refugiados en las regiones vecinas de Rusia ha superado ya el medio millón. Como la consecuencia, el Sudeste de Ucrania ahora se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria.
La política de represión del propio pueblo por parte de los nuevos poderes de Kiev y su retórica antirusa encuentran el apoyo y la aprobación en Washington y en Bruselas, según opinan algunos analistas de política internacional. A Kiev le prometen una ayuda financiera importante, el suministro de gas natural y la cooperación militar, a condición de que se acelere el proceso de integración a la UE, a la OTAN y otras estructuras semejantes, pero sólo en condiciones que va a cumplir «las reglas del juego» de sus mandantes. Occidente aplica los principios básicos del derecho internacional y el mecanismo de posguerra del mundo en manera selectiva: en Kósovo en 2008 apoyaron el derecho de los albaneses a la autodeterminación: Sobre el sudeste de Ucrania la preferencia «a toda costa» estaba dada a la conservación de la integridad territorial del país, aunque tuviera el alto costo de pérdidas de miles de civiles. Sería necesario recordar a «los dueños de las providencias de los pueblos» que estos dos principios del derecho internacional son equivalentes, y solamente los pueblos tienen derecho a determinar su propio destino por medio del acto de voluntad en los referéndums.
En noviembre de este año la delegación ucraniana ha visitado Washington para insistir en la ayuda militar a Kiev. De esto ha informado el representante de la Guardia Nacional S. Semenchenko. «Hay una probabilidad de que el Senado de los EEUU de nuevo planteará la cuestión de la concesión a Ucrania del armamento, y para nosotros es una posibilidad real de recibir esa ayuda, el apoyo. También queremos organizar la cooperación constante para el abastecimiento de los batallones Guardia Nacional y el Ejército», - escribió en su página en Facebook Semenchenko. En el mes de septiembre, el jefe de Ucrania Pedro Poroshenko visitaba los EE.UU., donde ha pedido ayuda militar. En particular, se trata de suministros de armamento. El comité internacional del Senado americano aprobò el proyecto de ley, asignándole a Kiev una ayuda de 350 millones de dólares en 2015.Algunos analistas de política internacional consideran que este armamento podría ser utilizado contra civiles.
Para otros analistas internacionales le resulta incomprensible la posición adoptada por los representantes oficiales de la Casa Blanca en la investigación de las causas de la «caída» del avión Boeing de Malaysia Airlines. Para estos, en lugar de centrar todo el esfuerzo en aclarar lo más rápido y determinar los culpables de la tragedia, la atención de la comunidad se distrae en versiones fundadas en fantasías personales. Y esas las fantasías no tienen límites. La versión de que el avión de Malaysia Airlines fue derribado por el cohete la tierra-aire se completa con la de presidente de los EE.UU. Barack Obama que ha declarado oficialmente en el discurso el 18 de julio de este año: «los datos que hay indican que el avión era derribado por el cohete la tierra-aire del territorio, que esta controlado por los separatistas en Ucrania» («Evidence indicates that the plane was shot down by a surface-to-air missile that was launched from an area that is controlled by Russian-backed separatists inside of Ukraine»). Es claro que el Pentágono ha apoyado categóricamente al presidente, pero no presentó hasta ahora ninguna prueba real que el lanzamiento del cohete la tierra-aire en aquel día era realizada del territorio ucraniano; a pesar de que el 29 de julio los veteranos de los servicios especiales americanos se dirigieron directamente a Obama con una carta abierta, en que han exigido publicar los documentos relacionados con la «caída» del avión Boeing, ya que, según opinan éstos, las pruebas presentadas deshonran los servicios especiales; sostienen que hay fotografías y documentación que no serían verdaderos. En esta situación, la ausencia de las pruebas resulta bastante extraña, ya que el armamento, que podria haber derribado el avión de Malaysia en el territorio de Ucrania es un «BUK», armamento usado por el ejército ucraniano, opinan analistas militares internacionales. Estos mismos sostienen que este cohete después del lanzamiento deja una huella del recorrido de algunos kilómetros, la que se conserva durante algunos minutos. También opinan que les resulta incomprensible que los satélites americanos no hayan detecta este lanzamiento. Deberían haberlo detectado. Al día siguiente, el presidente de Ucrania Poroshenko, en la conferencia telefónica con el presidente de Francia, ha declarado que a disposición de Ucrania hay «fotos de satélite del lugar del lanzamiento del cohete, las fotos y el vídeo de «BUK» que confirmen la llegada del armamento de Rusia, también la intercepción de las conferencias telefónicas y otras pruebas irrefutables». Pero hasta ahora nadie ha visto estas «pruebas».
Esta posición no contribuye al esclarecimiento lo más rápido posible, de las causas verdaderas de la tragedia aérea.
Por su parte, el viceministro de los Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Ryabkov ha declarado que «la investigación del accidente, que se ha estrellado cerca de Donetsk, se frena artificialmente, y en esto, entre otros, también participan los EEUU». Este funcionario ruso ha declarado también que, Rusia «no sería un sólido interesado en la realización de la investigación completa del accidente, si a ella le escondían…».» No plantearíamos con agudeza esta pregunta en los contactos con los representantes americanos, incluso en el nivel político, si no teníamos razones para tales conclusiones. Rusia, de su parte, ha emprendido muchos esfuerzos para avanzar al establecimiento de la verdad «, ha subrayado Ryabkov. En particular, éste funcionario ha informado que Moscú entregó ya la documentación que tiene a la comisión internacional correspondiente. A diferencia de la Federación Rusa, los EE.UU. hasta ahora no han emitido los datos exploratorios sobre lo que pasaba el 17 de julio en la zona del accidente de avión. Cuando le pidieron explicaciones, el representante del Departamento del Estado de los EE. UU., Marie Harf ha respondido que los datos americanos se distribuirán en medida de lo posible y la necesidad. Mientras tanto a principios de octubre se conocía que los expertos encontraron en uno de los pasajeros muertos, la máscara de oxígeno. Esto permite pensar que el avión no se precipitó de manera instantánea.
La posición del gobierno ruso respecto a los acontecimientos en Ucrania, las tentativas de proteger los intereses de la población que habla en idioma ruso, el regreso de la Crimea a Rusia, su madre patria histórica, es mal visto por algunos medios masivos de comunicación social de occidente y provocaron distintas sanciones por parte de algunos Estados occidentales. Como se dijo oportunamente, la crisis en Ucrania habría venido de «manos» muy cercanas de los senadores norteamericanos McCain y Chris Murphy, opinan algunos analistas internacionales que agregaron que los estrategas occidentales tratan de nuevo de volver a los tiempos de la «Guerra Fría» y, en cuanto sea posible, aislar Rusia en la arena internacional. Para ello, se inventa hechos falsos, acerca de la participación de tropas rusas en las acciones de combate en Ucrania. Tambièn con la «guerra de información», en los los países de Europa, intimidan con la amenaza militar de parte de Rusia.
Rusia hoy ocupa una posición bastante sólida en el mundo. Con la conservación de las relaciones tradicionales con sus socios occidentales, Moscú desarrolla la una cooperación mutuamente ventajosa con los países APEC (Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico), con América Latina, África, el Oriente Medio, juega el papel muy importante en las nuevas organizaciones internacionales y regionales. Algunos políticos occidentales y los titiriteros «de las revoluciones de color» olvidan de lo que el tiempo del monopolio indivisible en la política mundial ya pasó. Ahora existen y se han fortalecido los nuevos centros (China, India, Rusia), toman la fuerza las potencias regionales (Irán, Turquía, Brasil). «Los estándares y el modelo de la democracia occidental» que tratan imponer a otros países de afuera fracasan cada vez más frecuencia. El ejemplo convincente de esto: la onda «de las revoluciones árabes» en el Medio Oriente que ha dado con ayuda de los países occidentales y la intervención de Washington a los asuntos de Afganistán, Irak, Siria han llevado sólo al caos y el crecimiento de la violencia, opinan algunos analistas de política internacional.
En todos los foros internacionales, incluso el Consejo de Seguridad de la ONU, los representantes de los EEUU y sus aliados occidentales condenan el régimen de Bashar Asad por lo que él aplica la fuerza excesiva en la lucha contra la oposición armada y exigen las sanciones restrictivas contra Damasco. Las represiones de los combatientes de la guardia ucraniana nacional sobre los habitantes civiles, el asesinato de periodistas, los bombardeos de artillería sobre los barrios no se discuten. No se dice que los integrantes del ejército así llamado Libre Sirio y otras agrupaciones islamistas radicales han sido preparados militarmente y fueron armados por algunos servicios especiales occidentales y sus aliados regionales
(Arabia Saudí, Qatar, Jordania, Turquía). Entre este armamento se cuentan los complejos portátiles antitanques y antiaéreos y los sistemas de lanzacohetes. Cada vez hay más sospechas de quienes habrían intervenido en la formación de estas agrupaciones terroristas («Al Qaeda», «Dzhabhat An-Nusra», «Horasan» y «El Estado Islámico», conocido así como «El Estado Islámico de Irak y Levanta» o «El Califato Islámico») por citar algunas.
Según la óptica de algunos analistas de política internacional, hoy en algunos países occidentales está activo el reclutamiento de voluntarios y mercenarios para las guerras en Ucrania y en Siria, pero sostiene que es un juego peligroso y de consecuencias imprevisibles, porque los resultados pueden ser otros. No se puede concebir a los terroristas y a los criminales como aliado o extraño; ventajoso o desventajoso, e útil e inútil, según les convenga..
Es evidente que ha llegado el tiempo a la comunidad mundial de enfriar el ardor de «los jefes mandantes los destinos de todos paises del mundo». Es hora para todos los paises sin excepción, elaborar los únicos estándares y las normas del derecho internacional, la seguridad nacional e internacional y cumplirlos a rajatabla. Es posible, bajo la órbita de la ONU, llevar un denominador único en las listas de las organizaciones terroristas internacionales y las personas más peligrosas.