República Argentina: 5:02:59pm

 

Estos días muchos oyentes de radio Mitre en Capital y Gran Buenos Aires no escucharon con buena calidad sus programas favoritos, ya que se estaba emitiendo con un transmisor auxiliar, situación que seguramente mejorará a partir de hoy, cuando comience a funcionar el transmisor principal.

De todos modos, la señal será inferior a la que había, ya que el predio en Hurlingham está más alejado de la Capital y a que todavía restan construir dos torres secundarias, para mejorar la radiación de la señal.

“No estamos sufriendo ningún tipo de interferencia”, aclaró Rubén Corda, gerente general de radio Mitre, ante la gran cantidad de consultas de los oyentes. “Estamos realizando enormes esfuerzos técnicos y financieros para restablecer las condiciones de transmisión”.

“Las dificultades de escucha se deben a que el Gobierno Nacional decidió desalojarnos del predio que alquilábamos en Villa Martelli, arbitraria y discriminatoriamente. Una clara decisión política en nuestra contra”, afirmó Corda.

Desde hace poco más de tres años que el Gobierno le notificó a la radio que debería mudarse, pese a que previamente se había comprometido el Ejército -por carta documento- a llamar a una licitación pública para que radio Mitre se pudiera presentar a renovar el contrato. Desde entonces, la emisora inició una serie de reclamos que fueron desestimados.

Luego se llegó a la instancia judicial, donde se obtuvo una medida cautelar para poder permanecer temporariamente en Villa Martelli, hasta que el 23 de diciembre se firmó un acuerdo en el Juzgado Civil y Comercial con el Gobierno, Tecnópolis y el Ejército, para poder retirar los equipos y trasladarlos a Hurlingham.

“En el predio del Ejército siguen funcionando otras radios y canales de televisión digital.

No querían que nuestra antena estuviera ahí”, afirmó Corda, quien explicó que el lugar donde está la torre de transmisión es “tan importante como la licencia para emitir y la potencia autorizada”. Por eso, al forzar la mudanza ponen a la radio “ en inferioridad de condiciones respecto a la transmisión original, erosionando la calidad de la señal”.

El desalojo de la planta transmisora es otra forma de limitar la libertad de expresión, que en los últimos días tuvo otros hechos destacados en la escalada contra Clarín , a través de la ley para controlar el papel de diarios y la fábrica Papel Prensa, así como la intervención -con allanamiento de la Gendarmería- en Cablevisión.

El Gobierno cree que perjudicar a Clarín le trae réditos, ya que no tiene impacto electoral negativo y le permite disminuir el peso de Clarín en el mapa de medios. Sin embargo, los perjudicados son los oyentes de r adio Mitre , que ya no podrán escuchar como antes a sus periodistas preferidos.

Más allá de las intenciones del Gobierno, la última noticia que dio radio Mitre fue la incorporación del periodista Jorge Lanata, para conducir un programa al mediodía, a partir del 6 de febrero. Como dice la radio, “más periodismo, con más periodistas”.
 

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