República Argentina: 2:04:35pm

Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, calificó la situación como "inhumana". Sin embargo, vale la pena preguntarse: ¿es realmente inhumano priorizar el uso eficiente de los recursos públicos? ¿O es más inhumano mantener una estructura inflada, muchas veces nutrida por militantes con intereses ideológicos específicos y poca productividad real?

 

La SDH lleva años siendo señalada como un bastión de militancia partidaria, un espacio donde el uso político de la memoria ha primado sobre el consenso. El recorte de contratos no parece una medida arbitraria, sino parte de un compromiso asumido por el nuevo gobierno de Milei para combatir lo que llama la "casta parasitaria". El mensaje es claro: el dinero de los contribuyentes no debe destinarse a financiar estructuras ineficientes que, en lugar de trabajar por el bien común, perpetúan una narrativa divisiva y estancada en un pasado que muchos argentinos buscan superar.

 

La coincidencia polémica: el nieto 138

 

En medio del debate, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la recuperación del nieto 138. Una noticia  que en este contexto ha despertado escepticismo. La sincronía entre el vencimiento de los contratos y el anuncio de la aparición del nieto 138 plantea interrogantes incómodos: ¿es una coincidencia genuina o un recurso político para desviar el foco del debate? El tiempo y las evidencias deberán despejar estas dudas, pero es innegable que el manejo mediático de estas noticias suele responder a estrategias cuidadosamente calculadas.

 

El cambio de paradigma

 

El rechazo al “desmantelamiento” de la SDH refleja, en el fondo, la resistencia de ciertos sectores a perder privilegios adquiridos bajo la excusa de la memoria histórica. Si el gobierno realmente está dispuesto a terminar con estas estructuras costosas y politizadas, el debate debe trascender las consignas emocionales para enfocarse en lo esencial: construir un país que respete los derechos de todos los Argentinos de una manera transparente y desideologizada. La Argentina necesita memoria, pero no manipulada al servicio de intereses particulares. La verdadera reparación histórica comienza con un Estado eficiente que deje de subsidiar parasitismos ideológicos y trabaje en políticas que lleven a argentina a un crecimiento integral.

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