La Presidenta dijo que sería breve en sus exposición (el mensaje solo duró 10 minutos) y bromeó (foto) con que la comida terminaría rápido para permitir a los comensales estar en sus hogares a la hora del inicio del partido de fútbol entre Costa Rica y la selección nacional. Contrariamente a las especulaciones de los últimos días, no hizo ninguna mención ni al tema de salarios, tanto de activos como de retirados, ni de reajustes presupuestarios para el funcionamiento operativo de las fuerzas. Sí, en cambio, aseguró que se utilizarían todos los recursos necesarios en el plano de la ciencia y la tecnología y su aplicación militar.
Llamó la atención al sostener -quizás por desconocimiento o equivocación semántica al confundir el término por "posibilidad"- que las fuerzas armadas argentinas no han tenido ni tendrán "hipótesis de conflicto",razón de ser de cualquier institución militar.
La doctora Kirchner marcó una clara diferencia con los países vecinos de la región que en los últimos años han dado substanciales pasos en el reequipamiento militar. Dio a entender implícitamente que la Argentina no daría ese camino y sostuvo, además, que las naciones desarrolladas que siempre han vendido armas a la Argentina se guardaron para sí la tecnología, por lo que el desafío, de ahora en más, era generar esa propia capacidad para producir el material de autodefensa.
Hizo particular hincapie en la necesidad de producir medicamentos; volvió a criticar al gobierno británico por su postura en torno a la cuestión de Malvinas y sostuvo enfáticamente que contrariamente a lo que se puede afirmar en Londres, no hay ningun tipo de posibilidad de volver a la vía armada para recuperar el archipiélago como lo fue en 1982.
Cristina Kirchner auguró también que en un plazo mediato la Argentina podrá volver a recuperar potencial y tecnología en áreas que tuvo que resignar. Aunque no hizo nombres ni menciones, aludió obviamente a las presiones internacionales que sufrió la administración del ultimo gobierno militar, para desactivar el proceso de fusión nuclear que hubiera permitido la fabricación de una bomba atómica en el país, como, en democracia, el desmantelamiento de la cohetería que impulsaba el misil estratégico Cóndor.