República Argentina: 7:54:52pm

A nueve años de la misteriosa muerte de Alberto Nisman, la investigación se concentra en el mundo del espionaje. Es que, para la Justicia, es imposible desentrañar la hipótesis de su asesinato sin explicar cómo se sacudió el tablero de inteligencia con la reconfiguración de la AFI, la denuncia del fiscal contra la entonces presidenta Cristina Kirchner por el encubrimiento a Irán y los movimientos de espías ese fin de semana clave.



Antonio Horacio Stiuso, el ex poderoso jefe de Contrainteligencia que trabajó con Nisman, pedirá en los próximos días que se reabra una causa cerrada en donde se investigaba al ex jefe del Ejército Cesar Milani y en la que él mismo aseguró que la inteligencia paralela desde antes de la muerte de Nisman la manejaron Cristina Kirchner y su entonces secretario Legal y Técnico Carlos Zannini, revelaron a Infobae fuentes judiciales.



La novedad surgió luego de que este medio detallara el martes que la investigación del caso Nisman corroboró que al fiscal de causa AMIA lo seguían desde mucho antes de su muerte y el rumbo tomado por la detención del espía Ariel Zanchetta, la pista sobre quiénes les paga al mundo de los “inorgánicos” y el avance sobre la inteligencia paralela del Ejército.

 

Precisamente, Stiuso se convirtió en querellante en el expediente por el que está preso Zanchetta, a raíz del espionaje a jueces y fiscales y en donde se determinó que también espiaba a políticos y figuras públicas. Y en es en esa investigación en donde, luego de la feria judicial de enero y a raíz de estas revelaciones, le pedirá al juez Marcelo Martínez De Giorgi que anexe al expediente una vieja causa que cerró el juez Claudio Bonadio en su último día de trabajo, a fines de 2019: en la que investigaba si el ex Jefe del Ejército Cesar Milani durante el kirchnerismo hacía espionaje ilegal, según pudo saber este medio.

 

Aquella causa nació en 2014. La denuncia aseguraba que también se habían comprado cámaras digitales potentes y equipos para hacer escuchas telefónicas, con los que supuestamente se habían intervenido de manera ilegal teléfonos de dirigentes de organizaciones políticas, empresariales y agropecuarias. Aquella misma denuncia decía que Milani había contratado a sus compañeros de promoción del Ejército como agentes de la estructura de inteligencia montada y que tenía sede en séptimo piso del Edificio Libertador.

 

El juez Bonadio archivó la denuncia en 2016. Pero el fiscal Carlos Stornelli apeló y la Sala II de la Cámara Federal ordenó reabrirla: le sugirió que llamara a testigos para profundizar. Entre ellos había periodistas y estaba Stiuso. Infobae accedió a aquella declaración que nunca trascendió y en la que el ex jefe de los espías detalló cómo se armó la estructura de inteligencia por afuera de la central de espías.

Stiuso detalló que en la dirección general de Operaciones de la SIDE, en donde él intervenía, la central de inteligencia tenía equipos para detectar unas valijas que realizaban escuchas clandestinas. Al prenderlas, se transformaban en celdas y podían escuchar conversaciones. Uno de esos equipos funcionaba en el edificio Libertador. Había otro cerca del Obelisco. La SIDE no podía evitar que eso sucediera, pero podía saber que esas valijas estaban activas. Funcionaban en un radar de 200 metros. Se decían que circulaban en camionetas pero, según Stiuso, no hacían falta. “En este caso lo único que podíamos hacer era protegernos porque según los puntos que nos marcaba algunas de las valijas eran dentro del Ejército”, afirmó en su declaración. “No hay ninguna ley en el país que te permita chupar un teléfono con una valija de estas características. Esto es para hacer algo ilegal”, sostuvo.

 

Cuando en el juzgado le preguntaron sobre el plan “ciberdefensa, que era la justificación oficial sobre las actividades endilgadas a Milani, Stiuso se río. Quedó asentado en el acta. “El comparecientes sonríe” y agregó: “quieren hacer ciberdefensa y prenden una valija de escuchas y no saben que las detectan”.

 

En su declaración, el ex espía agregó que en 2006 ya habían detectado a un grupo de gente que tomaba mails de manera ilegal, a través de troyanos. Habló de la causa que tuvo en sus manos la jueza Sandra Arroyo Salgado, entonces esposa de Nisman, que espiaba a políticos, jueces y periodistas. “Llegamos hasta Uruguay. Eran personas que reportaban información a Aníbal Fernández y al entonces jefe del Policía de Seguridad Aeroportuaria Marcelo Saín”, acotó. “Hasta ese momento eran ciertos funcionarios”, dijo. Sin embargo, señaló, en 2007 nombraron a Nilda Garré al frente del Ministerio de Defensa y César Milani queda como subidirector de inteligencia del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Al año siguiente es director”, reseñó.

 “Es ahí donde empieza la formación de todo este aparato”, dijo Stiuso. “Se empieza a conformar formalmente, como una estructura de gobierno clandestina por llamarlo de alguna manera. En el año 2010 cuando muere Néstor Kirchner y a Nilda Garré la nombran ministra de Seguridad, en Defensa ponen a Arturo Puricelli. Pese a que Puricelli era el ministro, Milani era el que manejaba todo”, dijo.

 

Incluso, contó como anécdota una reunión que había tenido Puricelli con Francisco Larcher, número 2 de la SIDE, y el ministro le dijo que él no manejaba nada, que todo lo controlaba Milani cuando aún no era comandante del Ejército. Para esa altura habían entrado a esa planta unas 1800 personas, “que no sabían quiénes eran ni lo que hacían”, señaló.

Siguió Stiuso: “En ese momento se conformó esta organización en la que actuaban la fuerzas armadas, el Ministerio de Seguridad y un sector de la Secretaría de Inteligencia. Y después existirían personas u organismos ‘satélites’ que convergen en el armado y objetivo de esta organización: la Procuración General a partir de nombramiento Alejandra Gils Carbó, la AFIP y la UIF”, agregó.

 

Stiuso recordó que en 2013 Garré y Puricelli se van de Seguridad y Defensa y son reemplazados respectivamente por Cecilia Rodríguez y Agustín Rossi, respectivamente. Aunque en Seguridad estaba Rodriguez, “el que manejaba todo era (Sergio) Berni”, señaló. El ex jefe de Contrainteligencia señaló que hay ejemplos que confirman sus dichos. Recordó que en la causa Nisman se encontraron carpetas en el Ministerio de Seguridad sobre seguimientos a su familia.

 

“Ya no eran personas aisladas, sino un objetivo del Poder Ejecutivo que ya tenían las distintas herramientas... Menos a un sector de la SIDE. Y todo esto se hizo bajo la inacción de la comisión bicameral, que tiene la función de control respecto de estos temas. En el año 2014, cuando cambian las autoridades de la SIDE, este sistema queda consolidado. Ya no era un sistema clandestino y otro oficial. Se unió todo”, dijo.

Un detalle no menor para Stiuso: “Tal es así que en 2015 lo sacan a Milani (denunciado por causas de lesa) y lo mandan a retiro. Esto explica que ninguno manejaba nada, sino que todo los que manejaban todo eran Cristina Fernández de Kirchner y Carlos Zannini, que era el que coordinaba con todos. Milani, Parilli, Gils Carbó... La policía de la provincia de Buenos Aires también respondía a este sistema, con la anuencia y vista gorda de (Daniel) Scioli, que a la vez era objetivo de este sistema de inteligencia clandestino de inteligencia y lo sabía”.

 

El ex espía advirtió que para tener una foto había que cruzar causas judiciales, como Dark Star o el supuesto secuestro de Alfonso Severo, un gremialista que tenía que declarar por el crimen de Mariano Ferreyra y en el que el fiscal José María Campagnoli detectó que en la zona del supuesto secuestro aparecían registros de celulares asignados a agentes de la ex SIDE a quienes les pidió la indagatorias y en donde se acusó a la entonces procuradora Gils Carbó de haber filtrado datos sensibles.

 

El propio Stiuso lo declaró en la causa Nisman: el caso de Severo fue una exhibición de la “guerra” desatada por ese entonces dentro de los servicios de inteligencia. “En esa causa también hay constancias que no sólo se trabajaba para el sistema, si no que también se asignan tareas particulares o en beneficio propio de cierto funcionarios”, agregó.

 

Bonadio cerró este expediente en su último día de trabajo de 2019. “Considero que no ha sido posible verificar los extremos fácticos que fueran denunciados en la presente investigación, de modo tal que me permita efectuar una imputación formal contra una persona determinada. A su vez, el tiempo transcurrido desde los hechos que fueron denunciados me impide realizar algún tipo de medida hábil para la prosecución del trámite del expediente”, escribió.

Sin embargo, según pudo saber Infobae, Stiuso planea pedir la reapertura de ese expediente, en el marco de la causa que tiene como cara visible a Ariel Zanchetta, detenido por espiar a jueces de Comodoro Py. El ex policía que decía ser periodista es para la fiscalía un agente inorgánico de la AFI desde hace mucho tiempo que puso en la mira a muchos “objetivos”, a quienes les “investigó” distintos aspectos privados y laborales, como los sueldos que percibían, creencias religiosas, entorno familiar y hasta las personas con las que se relacionaban. Entre ellos hay decenas de políticos y ex funcionarios. También había datos sobre Stiuso.

Por Patricia Blanco

 

Publicado en www.infobae.com 

 

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