En el caso de los militares, los casos de rechazo de las propuestas del Ejecutivo han sido muy pocos. Entre 1928 y 1930, en la segunda presidencia, Hipólito Yrigoyen no envió propuestas temiendo que el Senado, con mayoría conservadora, las rechazara.
A fines de 1973, tuvo lugar un antecedente importante en el inicio de la tercera presidencia de Juan Perón. Con la misma firma del presidente, se elevaron al Senado las propuestas de ascensos de las tres Fuerzas. Pero los senadores rechazaron el ascenso de cuatro coroneles a general de brigada: tres por haber participado en la revolución de 1955 y el restante por ser el enlace del entonces comandante general del Ejército, Jorge Raúl Carcagno, con Montoneros, quien había sido designado por Héctor J. Cámpora durante su breve presidencia.
En una jugada característica de Perón, hizo que sus propios senadores rechazaran una propuesta que llevaba su firma con el fin de precipitar la salida de Carcagno, quien era aliado de sus adversarios internos, con los cuales el enfrentamiento violento ya se veía como inevitable.
Este año se retornó a una nefasta práctica de la gestión de Nilda Garré cuando fue ministra de Defensa de la Nación y que la actual gestión venia evitando: fueron incluidos por la autoridad política cinco nombres no elevados por las fuerzas.
Por otro lado, de las más de 200 propuestas de ascensos militares, la Comisión de Acuerdos del Senado, liderada por La Cámpora, rechazó diez. El Ministerio de Defensa buscó levantar las objeciones, pues varias de ellas habían sido frenadas por “portación de apellido”, práctica deleznable llevada adelante por el kirchnerismo en sus tres gobiernos.
Como siempre sostenemos desde estas columnas, lo importante a la hora de considerar los ascensos de militares, así como también los pliegos de jueces y diplomáticos, es que predominen criterios profesionales y de idoneidad.
Contaminar con política partidaria los cuarteles es un ardid que no tiene ningún tipo de fundamento y, menos, justificación, como tampoco lo tiene que se condene a destacados profesionales por lazos familiares con militares del Proceso, habida cuenta también del tiempo transcurrido.