El encuentro se realizó el lunes por la mañana en el Palacio Apostólico y duró una media hora tras lo cual Larrabure dijo a través de las redes sociales que se sintió reconfortado por la actitud de “comprensión e incentivo a continuar trabajando” por el reencuentro entre los argentinos tras las secuelas que tuvo la violencia política de los ’70
Hacia el final de la jornada, en diálogo con el diario La Prensa, Larrabure -que es vicepresidente del Centro de Estudios Legales del Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv)- consideró que la reunión tuvo “una magnitud superior” por el hecho de que “una víctima del terrorismo nunca había sido recibida” por un pontífice.
“Hablé de lo que significan las víctimas del terrorismo, de lo cansado que me siento, agotado y agobiado, por tantos años de lucha sin recibir nada y encontrar solo una memoria sesgada y parcial, y él fue muy comprensivo”, afirmó Larrabure.
Según Larrabure, Francisco lo alentó e la búsqueda de un reencuentro: “La Argentina es muy difícil, todo se malinterpreta, pero ustedes están trabajando bien. Sigan en ese camino. No lo abandonen”.
Detalló que le entregó al Papa “mucho material” que hará circular “oportunamente”, y del que solo adelantó que incluye “un bosquejo en que analiza distintos puntos para la reconciliación de los argentinos”.
“También hablamos del proceso de canonización de mi padre”, dijo en referencia a un proyecto para que se le inicie un proceso para declararlo santo debido al modo cristiano con el que afrontó su cautiverio.
Y agregó: Le dije que me sentía muy feliz por el comienzo de todo eso, y me respondió, entre otras cosas, que (el obispo castrense) monseñor Santiago Olivera estaba haciendo un gran trabajo, y que estaba abocado al tema”.
“Esto marca la pauta de lo que significó esta reunión”, dijo emocionado Larrabure, quien estaba junto a algunos familiares, entre ellos una sobrina embarazada que “fue bendecida por el Papa de una forma muy amable”.
Larrabure le regaló el libro que escribió, Un canto a la patria, donde describe el horror que sufrió su padre en el largo cautiverio con el libro de su abogado Javier Vigo Leguizamón, Amar al enemigo.
Francisco expresó que ambos ejemplares iban a “engrosar los libros de la Biblioteca del Vaticano”, según Larrabure, quien destacó el mensaje que eso encierra.
Argentino del Valle Larrabure, nacido en Tucumán el 6 de junio de 1932, era ingeniero químico y mientras se desempeñaba como subdirector de una fábrica militar de armas y explosivos.
Fue secuestrado el 12 de agosto de 1974 durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón por ERP y permaneció cautivo en condiciones deplorables 372 días en una denominada “cárcel del pueblo”.
El 19 de agosto de 1975, cuando tenía 43 años, fue asesinado y su cuerpo arrojado a una zanja. Dejó las cartas escritas a sus familiares durante su cautiverio en las que les pedía no odiar y perdonar a sus captores.