Como obispo castrense he tenido la posibilidad de conversar con Julio Flores y conocer su realidad. Quiera Dios que su situación sea tenida en cuenta. Escuchar, conocer y considerar el contexto del pasado ayuda para tomar medidas acertadas y justas que no se empañen o mezclen con actitudes de dureza y venganza. Quiero ser solidario con su familia y con el mismo Julio, y recordar que el precepto de amar siempre y a todos es un mandato evangélico de permanente actualidad y vigencia.
Santiago Olivera
Obispo castrense de Argentina
DNI 12.566.508
Publicado en La Nación.