En este marco, puede ser útil analizar la relación entre la defensa nacional y la protección de los recursos naturales en nuestro país.
Esta defensa ha sido fijada como prioridad para las Fuerzas Armadas por el gobierno argentino. La realidad es que el despliegue de las Fuerzas Armadas -muchas veces criticado en tiempos recientes- responde en los hechos a dicho objetivo.
Comenzando por los intereses del Atlántico Sur -Malvinas, Antártida y la extensión de la plataforma submarina- tienen el prerrequisito de la soberanía efectiva en la costa. Es que sin costa, no puede existir soberanía marítima: si se pierde la costa, se pierde el mar circundante. Esto se evidencia hoy en la prioridad puesta por Rusia en dejar a Ucrania sin salida sobre el Mar Negro y el de Azov.
El siglo XXI muestra el avance de la soberanía de los países circundantes del Ártico, el Caspio, el Mar del Sur de China y el Mediterráneo Oriental. El fenómeno se introduce en el Atlántico Sur con el diferendo argentino-chileno por la demarcación de la plataforma submarina al sur de Tierra del Fuego.
En el sur del país, el despliegue terrestre está predominantemente sobre el Atlántico. El Comando de la División 3 está en Bahía Blanca, junto a la Base Naval de Puerto Belgrano. Dicha División está integrada por la Brigada IX, con asiento en Comodoro Rivadavia, y la XI, que está en Río Gallegos. El grueso de las unidades está sobre la costa atlántica. Hay unidades blindadas en Puerto Santa Cruz, Puerto Deseado y en Piedrabuena. Las unidades que están sobre la Cordillera son las menos (Rospenteck y Río Mayo).
La Armada despliega sus bases y medios desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, con epicentro en Puerto Belgrano, y la custodia de este amplio espacio marítimo -que ahora podría incorporar la explotación petrolífera frente a la costa de la provincia de Buenos Aires- es claramente su prioridad. La base naval de Mar del Plata, desde donde operan los patrulleros navales recientemente incorporados, pasa así a tener mayor relevancia.
La brigada aérea ubicada en Río Gallegos y Comodoro Rivadavia -donde están los comandos de las dos brigadas del Ejército sobre el Atlántico- integran el dispositivo, que culmina con la base conjunta de las Fuerzas Armadas en la Antártida, donde se está reabriendo la Base Petrel.
La Brigada Blindada I está desplegada en la Provincia de Buenos Aires, en posición de avanzar hacia la Patagonia y con Comando en Tandil. En esta posición central se ubica también una brigada aérea.
Vaca Muerta es la gran reserva de gas (convencional y no convencional) y petróleo de la Argentina y está en la provincia de Neuquén. En ella se encuentra la Brigada de Montaña VI.
Hacia el norte, en Mendoza y San Juan, sobre la Cordillera está la Brigada de Montaña VIII, donde comienza la región minera del país. La brigada aérea de Mendoza y la que está ubicada en Villa Reynolds en San Luis, completan el dispositivo en esta zona del país.
Tanto La Rioja, como Catamarca y el oeste de Salta integran también esta región. En el extremo norte del país está la Brigada V con Comando en Salta. Es la región donde se está explotando el litio (Salta, Jujuy y Catamarca) recurso decisivo para las baterías que se utilizan tanto en celulares como en automóviles eléctricos.
En el noreste se encuentra el Acuífero Guaraní y en la misma región la Hidrovía Paraná-Paraguay. Es una región de relevancia geopolítica, que comprende a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. En cuanto a la Argentina, la integran las tres provincias de la Mesopotamia (Misiones, Corrientes y Entre Ríos) y, al oeste del Paraná, Santa Fe, Chaco y Formosa.
Por la hidrovía tiene salida al exterior más del 70% de las exportaciones de granos de Argentina, y está adquiriendo una importancia geopolítica creciente, porque es utilizada también por Brasil, Paraguay y Uruguay.
Las seis provincias constituyen el área de Primera División del Ejército con Comando en Curuzú Cuatiá (Corrientes). De la misma depende la Brigada de Monte III, con Comando en Resistencia, y unidades en Chaco, Formosa y el este de Salta. La Brigada de Monte XII tiene el Comando en Apóstoles (Misiones) con las unidades en esta provincia. También integra esta División la Brigada Blindada II, con Comando en Paraná, y sus unidades en la provincia de Entre Ríos.
Las bases aéreas de Reconquista (Santa Fe) Paraná -en cada una de ellas hay una brigada aérea- y la Región Naval Fluvial, integran el dispositivo de defensa en esta región, clave para las exportaciones de Argentina.
En el centro del país está la Brigada Aerotransportada IV, con Comando y unidades en Córdoba, donde también se encuentran las compañías de Comandos. Estas unidades integran la Fuerza de Despliegue Rápido (FDR) cuyo Comando está en Campo de Mayo, donde también se ubica un Batallón Helitransportado. Integra también la FDR, la Brigada Mecanizada X con Comando y unidades en La Pampa.
La FDR está así en un lugar geográfico central de nuestro territorio continental, en aptitud de emplearse hacia la Patagonia para asegurar la costa del Mar Argentino, hacia el oeste para dar seguridad a Vaca Muerta, hacia el noreste donde está la región minera, el norte donde está el litio y hacia la hidrovía. Este despliegue está en la región que es central para la producción agropecuaria argentina.
Este despliegue es materia de ajustes. En San Luis se instalaría el Comando de la Segunda División de Ejército. De él dependerían las tres Brigadas de Montaña: la VI (Neuquén), la VIII (Mendoza) y la V (Salta). Abarcaría así las áreas de hidrocarburos, minería y litio. La expansión hacia el extremo sur requerirá mayor presencia en Tierra del Fuego y la Antártida. Los Comandos Conjuntos Aeroespacial y de Ciberdefensa constituyen áreas que se potenciarán con las nuevas formas de hacer la guerra.
El despliegue actual es consecuencia de las “hipótesis de conflicto”, en función de las cuales se determinó el planeamiento militar durante el siglo XX hasta la guerra de Malvinas. Pero la nueva prioridad en la defensa de los recursos naturales coincide con la disposición actual de las unidades.
La prioridad de la defensa de los recursos naturales para las Fuerzas Armadas argentinas, da sentido al despliegue tradicional en función de las fronteras, que no pocas veces, en las últimas décadas, fue criticado.
En conclusión, la importancia adquirida por el gas en la guerra de Ucrania plantea la vinculación entre defensa y recursos naturales como una interacción clave en los conflictos geopolíticos del siglo XXI, y eso parece estar presente en el despliegue militar argentino.