República Argentina: 11:54:04am

En principio, si hubo corrupción, lo apropiado es conocer quiénes la practicaron, con objeto de separar la paja del trigo; no es bueno mezclar a la gente decente con los malandras; lamentablemente, el periodista no da pistas precisas de supuestos corruptos. Por otra parte, en su argumentación comete gruesos errores con hechos y fechas, inclinando a los lectores con su relato hacia una sola dirección. Desde luego estas imprecisiones hacen dudar de la veracidad de lo investigado. Van algunos ejemplos: 1) los MV Dagger se compraron en 1978 para hacer frente a un posible conflicto con los chilenos por el tema de las islas del Beagle, y no para luchar contra los británicos cuatro años después de adquiridos. 2) El proceso de adquisición de los Mirage III BC se realizó durante 1983, es decir, en ninguno de los dos casos fue como manifiesta el título del artículo (“En plena guerra, militares argentinos exigieron sobornos para comprar aviones de combate”). 3) Durante el conflicto de Malvinas, ningún sistema de armas (aviones) de la Fuerza Aérea poseía radar warning (alertador de radar), así que me resulta muy extraño que la institución haya adquirido diez mil cartuchos de chaff (señuelos antirradar) y dos mil flares (señuelos contra misiles infrarrojos), y aseguro que esos ingenios no se disparan con la mano.

¿De dónde saco yo los datos aportados? De lo siguiente: siendo capitán de la Fuerza Aérea Argentina, tuve la suerte de haber integrado un pequeño grupo de aviadores de la Institución (así, con mayúsculas) para recibir instrucción en Israel, a efectos de operar los Mirage V Dagger, aviones que comenzaron a arribar al país a fines de 1978. Además, con ese material intervine en el conflicto del Atlántico Sur, casi cuatro años después de su llegada al país. En referencia a los Mirage III BC, en 1984 fui designado jefe de uno de los dos escuadrones aéreos que se formaron con el lote de aviones adquiridos, y doy fe de que durante todo ese año lo pasamos (pilotos y mecánicos) poniendo a punto las aeronaves para llevarlas a sus unidades de asiento, en mi caso la IV Brigada Aérea en Mendoza.

Por último, me parece muy suspicaz que una nota como esta aparezca en estas fechas, próximas al aniversario número 40 del conflicto de Malvinas. Evidentemente los esfuerzos por desmalvinizar la conciencia de los argentinos se intensifican.

Brig. My. (R) Guillermo Adolfo Donadille

 

 

 

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