"Este aumento continuo en América del Sur es sorprendente, dada la ausencia real de una amenaza militar para la mayoría de los países de esta región y la existencia de necesidades sociales más urgentes", dijo Carina Solmirano, responsable de la división de América latina del Sipri. Los aumentos del gasto militar en la región entre 2001 y 2009 se habían situado siempre por debajo del 4 por ciento. "Una parte de la explicación del aumento es que América del Sur vive un buen momento económico, en contraste con otras partes del mundo", añadió Solmirano. La región registró un crecimiento económico promedio del 6 por ciento en 2010.
Para el Sipri, la principal razón del rearme en América del Sur es geopolítica. Brasil, en plena efervescencia como potencia mundial, aumentó sus gastos un 9,3 por ciento y comprometió compras en armamento por un total de 33.500 millones de dólares. El gigante sudamericano es responsable del 80% del incremento del gasto en toda la región el año pasado (2400 millones de dólares del total de 3000 millones). Brasil lanzó hace dos años un ambicioso programa de defensa que incluye la compra de aviones de combate, helicópteros y submarinos. Pero, recientemente, el gobierno anunció que, a causa de los recortes presupuestarios, pospondrá algunas de esas compras.
El aumento del gasto militar en Perú también creció por encima del promedio (16 por ciento), hasta los 2150 millones de dólares. El gobierno peruano justificó el incremento por los esfuerzos en el combate con Sendero Luminoso, la guerrilla maoísta que resurgió con fuerza el año pasado en algunas zonas del país.
La Argentina destinó el año pasado 3300 millones de dólares a gasto militar, un aumento del 6,6 por ciento. Gran parte de la cifra se debió a gastos de personal, incluidos salarios y jubilaciones, según el Sipri.
A diferencia del resto de países de América del Sur, en Venezuela hubo un retroceso del 27,3 por ciento frente a 2009. El gobierno de Hugo Chávez situó el gasto en armamento en un nivel algo por debajo al de 2001 en términos reales, si bien el país continuó comprando armas a Rusia, su principal proveedor.
Como en años anteriores, el Sipri alertó del peligro de una carrera armamentista en la región, pero confía en que Chile, principal importador de armas en la región, reduzca sus compras en los próximos años, tras la abolición de una ley que permite la entrega del 10 por ciento de los ingresos del cobre a las fuerzas armadas para la compra de equipo militar.
Por su parte, Estados Unidos, con un total de 698.000 millones de dólares, continúa a la cabeza de la carrera armamentista, con el 43 por ciento del gasto mundial en armamento, aunque las compras aumentaron menos en 2011: un 2,8 por ciento. Sin embargo, el informe del Sipri destaca que la participación del gasto militar en el producto bruto interno (PBI) se situó en el 4,8 por ciento en 2010 frente al 4,6 por ciento en el año anterior.
El Pentágono gasta cinco veces más que su inmediato seguidor, China, que destinó 119.000 millones de dólares a gastos militares en 2010. "Incluso frente a los esfuerzos para reducir el creciente déficit en el presupuesto de Estados Unidos, el gasto militar continúa recibiendo un trato privilegiado; aumentó el 81 por ciento desde 2001", subraya el informe.
En Europa, los gastos militares también se redujeron un 2,8 por ciento, aunque Gran Bretaña, Francia y Rusia todavía están en los primeros lugares de la lista de los diez países con un presupuesto militar más alto, después de Estados Unidos y China.
Los gastos asociados a la compra de armas también cayeron en Asia (un 1,4 por ciento), a pesar de que China aumentó sus gastos un 3,8 por ciento, muy por debajo, en todo caso, del crecimiento del 15 por ciento de 2008 y 2009. La India, que figura en el noveno puesto en la carrera armamentista (con 41.300 millones de dólares), se convirtió en el mayor importador de armas del mundo, por lo que desplazó a China, según el Sipri.
Como en el caso de América del Sur, los países africanos también aumentaron sus compras de armas de forma considerable, 5,2 por ciento, muy por encima del promedio mundial.