Desde hace años el puerto de Montevideo, de acuerdo a la autoridad pesquera uruguaya (DINARA), concentra aproximadamente 1500 descargas anuales de buques que operan en el Atlántico Sur, la tercera área geográfica según la FAO de mayor sobre explotación pesquera del mundo. También registra descargas procedentes de Malvinas y en ocasiones incluso de barcos con pabellón ilegítimo de la Colonia.
Montevideo se transformará próximamente en un foco relevante de servicios para los pesqueros extranjeros que faenan en el Atlántico Sur, en particular otorgando ventajas competitivas significativas si la Organización Mundial de Comercio (OMC) reduce o elimina los subsidios pesqueros.
Las instalaciones incluirían el servicio de geo-contenedores de frio para atender descargas, adquisición de combustible, limpieza de casco, ajuste y mantenimiento de máquinas y de instrumentos electrónicos de pesca y navegación. También de servicios financieros.
La mega base para los barcos que operan en la milla 201 es preocupante y afecta directamente los intereses pesqueros argentinos en el Atlántico Sur. También la sustentabilidad de las diversas especies de los ecosistemas marinos.
Puerto Capurro, por el número de barcos pesqueros potencialmente interesados, se convertirá de hecho en un muelle logístico chino de características prácticas comparables al de Guinea Bissau o Mauritania. El grupo Shandong Baoma Fishery interesado, desde hace décadas, en un puerto propio en América del Sur, ha logrado el objetivo estratégico para la flota que opera en el Atlántico Sur y en el Pacífico Meridional, en particular en Ecuador.
Si bien el Plan Maestro 2018-2035 de la Autoridad Nacional de Puertos de Uruguay (ANP) no hace mención a la aspiración portuaria china, el puerto pesquero puede ser considerado una sustitución de la propuesta China original de instalarse en Montevideo, quizás con la intención de reducir impactos geopolíticos.
Según la organización no gubernamental Oceanosanos, el puerto de Montevideo es considerado el segundo mayor del mundo en recepción de pesca ilegal. La decisión del Uruguay de potenciar la mayor captura de pesca de dudosa legalidad avala esa conclusión. Puerto Capurro será de hecho un puerto al servicio del principal depredador de la milla 201. El fundador de la ONG Oceanosanos ya advertía sobre el riesgo que se explorara otra alternativa a al puerto chino en Sayago o a Punta Yeguas.
Es probable que la decisión unilateral uruguaya de favorecer a la flota pesquera china en el Atlántico Sur haya contribuido a la disposición de Beijing para avanzar con Montevideo en las negociaciones de un acuerdo de libre comercio. Reuniones entre las Cancillerías de China y Uruguay del 2015 y el acuerdo de Asociación Estratégica del 2016, lo ponían de manifiesto. Es decepcionante que Uruguay confunda prioridades, en particular en temas sensibles de buena vecindad que hacen a la estabilidad del Atlántico Sur.
Roberto García Moritán es ex vicecanciller.