Este sería el primer incidente desde la Guerra Fría en que Moscú utiliza munición de guerra para disuadir a una nave de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reflejo del aumento de las tensiones entre Rusia y Occidente.
Desde la cartera rusa detallaron que efectuaron los disparos después que el destructor británico Defender desoyó una advertencia contra su penetración en aguas territoriales. “El destructor había sido advertido que se usarían armas si traspasaba la frontera de la Federación Rusa. No reaccionó a la advertencia”, afirmaron.
Además, señalaron que un bombardero ruso Su-24 tiró bombas de metralla de alto poder explosivo delante de la nave británica para persuadirla a que cambiara de rumbo, en una operación de la que también participó un barco de patrulla fronteriza, en la región noroccidental del Mar Negro.
El navío británico, entonces, se retiró para ponerle fin al incidente, de acuerdo a lo consignado por el ministerio ruso, donde puntualizaron en que lo hizo poco después de adentrarse hasta tres kilómetros en sus aguas.
No obstante, el Ministerio de Defensa del Reino Unido desmintió a Moscú. “No se efectuaron disparos de advertencia contra el HMS Defender”, tuitearon en la cuenta oficial de la cartera, y agregaron: “El barco de la Marina Real está realizando un paso inocente por aguas territoriales ucranianas, de acuerdo con la ley internacional”.
En el mensaje también dijeron creer que los rusos estaban realizando un “ejercicio de artillería” en el Mar Negro y que proporcionaron a la comunidad marítima una advertencia previa de su actividad. “No se dirigieron disparos contra el HMS Defender y no reconocemos la afirmación de que se lanzaron bombas en su camino”, cerraron.
En esa misma línea, el secretario del Estado de Defensa británico, Ben Wallace, señaló: “Esta mañana, el HMS Defender desarrolló un tránsito de rutina desde Odesa hasta Georgia, a través del Mar Negro. Como es normal para esa ruta, ingresó a un corredor de separación de tráfico reconocido internacionalmente. Salió de ese corredor de manera segura. Como es rutina, los barcos rusos siguieron sus pasos y fue advertido de ejercicios de entrenamiento en sus alrededores”.
Desde Ucrania, el ministro de Relaciones Exteriores Dmytro Kuleba refirió que el incidente mostró que las “políticas agresivas y provocativas” de Rusia en el Mar Negro y en el cercano Mar de Azov, junto a su “ocupación y militarización de Crimea”, constituyen una “amenaza continua” para Ucrania y sus aliados. A través del tuit, pidió a la OTAN que coopere con su país en esa región.
Tras las versiones cruzadas, Rusia anunció que convocará al embajador británico a la Cancillería y urgió al Reino Unido a investigar las “peligrosas acciones” del buque militar, que en el Kremlin consideraron “una clara violación de la convención de Naciones Unidas”. En un comunicado, el Ministerio de Defensa de dicha nación pidió “una investigación en profundidad”.
El conflicto por Crimea
Rusia anexó la península ucraniana de Crimea en 2014, una decisión que es rechazada por la mayoría de los países del mundo.
Dicha anexión es uno de los puntos de mayor tensión entre Estados Unidos -socio de Ucrania- y Rusia, que primó como uno de los ejes de desacuerdo entre los mandatarios Joe Biden y Vladimir Putin en el histórico encuentro que tuvieron la semana pasada, en Ginebra.
El Kremlin frecuentemente se queja de la presencia de naves de guerra de la OTAN en el Mar Negro, a pesar de que Turquía, Grecia, Rumania y Bulgaria, todos miembros de la alianza, tienen costas sobre dicho mar.
Agencias AFP, AP y Reuters
LA NACION
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